Por Alcides Cruz
Al gobierno argentino se le notan los piolines. Un títere despintado por una comedia o relato fantasioso, que no trae la felicidad de nadie. Su fueran niños, las estadísticas actuales indican que el 48% de los menores de 14 son pobres, desnutridos, en el país de la pampa productora de alimentos.
Una persona adulta siente en carne propia el aciago trajinar cuesta arriba, de pagar aumentos de tarifas, de precios, de servicios a cambio de un salario en descenso y de un inconsulto mega endeudamiento nacional que pone el futuro embargado a cien anos.
El titiritero tiene las múltiples caras conocidas en los escenarios neoliberales, con la presencia estelar del Fondo Monetario Internacional y el coro de calificadoras de riesgo mundial como Standard & Poors, Moody`s mas los bancos extranjeros prestamistas, que manejan los entretelones de la inconmesurable entrega de recursos naturales, con perdida de soberanía e independencia.
Todo el país sabe que esta gobernacion nacional de Mauricio Macri es una ceocracia, donde las diversas corporaciones pusieron sus hombres para traccionar sectorialmente, como es el caso del Ministro de Agroindustria Etchevere, que salio de la presidencia de la Sociedad Rural Argentina a un sillón ministerial, cuestionado por bonificaciones compensatorias y denuncias judiciales por maniobras fraudulentas ante el fisco.
Este gobierno de voz chillona como los títeres, no deja nada sin estropear, o de alterar o desordenar en la vida de los argentinos. Grita inquieto el libreto de un pasado que se cuela por tercera vez en los últimos 40 anos de vida nacional: el neo liberalismo.
A esta forma vivencial que en el presente vive la Argentina podríamos calificar como ultra neo liberalismo, por la sencilla razón de que su grado de perversidad tiene al mismo tiempo un grado de evolución y perfeccionamiento de la maldad, que ya no trepida en dañar a ancianos, pobres, discapacitados, indígenas y a todo aquello que sea necesario tirar al vacío existencial.
Son formas de desaparición forzada por vuelos de la muerte social de alta sutileza, planificados al milímetro por los mandantes del gobierno macrista, se puede pensar, que los potentes somníferos inyectados por la cohorte de medios afines, operan en el anestesiamiento masivo de la población, que ve caer al abismo a miles y miles de desocupados o pobres, sin otra reacción de "comprender el ajuste y darle tiempo al verdugo" para termine su obra de destrucción gestionada.
Los títeres de este relato macabro son todos malditos. Tan malditos que no les importa mentir abiertamente, o decir hipocritamente que no va a doler la decapitación de los sectores mas vulnerables e indefensos de la sociedad.
Los títeres se ríen a carcajadas sonoras del pueblo, que asiste boquiabierto e inerme, a la tragedia de no llegar a fin de mes, de recortar medicamentos porque no los puede comprar, a no poder pagar expensas o ser desalojado del alquiler. Son largas las listas de atropellos a los mínimos derechos a la dignidad de las personas que estos malandras de pantomima, hacen todos los días.
La anestesia mediatica llega niveles paroxísticos, de tal modo que nadie en su sano juicio puede entender como un presidente puede descansar tres meses en una Argentina atravesada por una crisis de deuda, de déficit fiscal, sin trabajo y con una timba financiera exorbitante, que se lleva 84 dolares de cada 100 que el país pide prestado a los usureros del planeta.
Tal vez el presidente de la Nación sea el único que sabe en su fuero interno, que esta cumpliendo con la misión encomendada y puede dormir tranquilo en los "paraísos" terrenales de la Patagonia.
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