Me digo a mi mismo: "solo una mente afiebrada puede escribir esto". Lo digo para que nadie crea que lo siguiente va en serio. Un soliloquio de fantasías es posible escribir de un tirón por el solo hecho de que la inspiración se posa en la ventana.
Es que Garupa es un territorio de cuentos fantásticos al modo del nobel colombiano Garcia Marquez. Letargo de trenes que van atravesando la historia de un pago chico, donde el capataz duerme recostado en el tronco del árbol genealógico.
Y pasan los anos, las dos décadas. Nada cambia porque a alguien no le conviene que la realidad irrumpa como un rayo de sol en la cara del pueblo.
Ocurre otra realidad sin embargo, que no se contenta con las declaraciones de emergencia, los pataleos al patrón , los reclamos de co participación de fondos y otras demandas de una población, que rebotan en las paredes del poder centralizado.
El viejo caudillo Tito Ripoll ya cumplió su ciclo observan desde una altura inaccesible para el común de la gente.
Un día comenzó todo en este espacio del Universo llamado Garupa. Del peronismo de Humada y anteriores, salieron los cuadros o los aspirantes dirigenciales que protagonizaron los últimos siete lustros de la democracia. De algún modo todo era mas sencillo, pues la partida se jugaba con los preceptos del General o del partido radical, tan acentuado en la ladera de la Misiones gringa.
De traiciones y de diasporas se compuso el minué cuando desde el laboratorio político emergió la llamada Renovación, un recurso dialéctico para el gatopardismo, un escape a nueva aventura y un complemento sustancial al misionerismo intrínseco.
Maestros y alumnos, mentores o hijos putativos de la política, agachadas y rengueras quedaron evidentes; la ley de lemas genero la convergencia de fuerzas y lanzas de caciquejos territoriales. Todos se conocían y conocen entre si.
En retrospectiva los últimos 20 años de Garupa pasaron con mas penas que glorias. Nombres que se repiten como el croar de los sapos en cada elección para intendente; costumbrismos que describen los mismos problemas. Apegos políticos y recules avergonzados. Garupa siempre paga con tiempo, atraso y carencias a las desobediencias de los dirigentes al mandamas. Cartón lleno. Hay cansancio insoportable ante triquiñuelas como jugar a dos puntas, cornadas y reclamos de entripados.
Este verano infernal y sediento todo huele a operaciones políticas; de golpe revientan problemas largamente sufridos por el pueblo de Garupa. Se vienen las elecciones. Eso lo explicaría todo.
Solo que hay sorpresivos giros; el intringulis de las postulaciones de las mismas caras conocidas se resuelve con los retazos del puertismo, en total etapa de disolución y mansa entrega. Nada sera igual que antes. No habrá herederos del trono municipal ni desgastados ni reciclados.
El Mentor eligió a su hombre para Garupa con logística y pertrechos. Impensado porsupuesto. Peronista de derecha para mas datos.
Por Alcides Cruz
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