“Los gobernadores peronistas cuando juegan un amistoso te regalaran el primer tiempo”. Esta graciosa definición la dijo Luis Juez en su verborragia cordobesa. Tal frase no se aleja del pensamiento vertido hace un mes en una editorial que observaba el error de Alberto Fernandez de apoyar la espalda en pared de canto construida por los mandatarios provinciales. Por lo menos en algunos.
Juan Manzur , gobernador de Tucuman que en septiembre de 2018 hablaba mal del kirchnerismo, en febrero de 2019 se volvió admirador arrepentido. Allí comenzó a desarmarse el intento del Consenso Federal fanfarreado por mandatarios y dirigentes amigables de la Embajada de los Estados Unidos.
Manzur es un caso simbólico de los sultanes millonarios del norte argentino, tan postergado y con niveles de hambre que superan el 40% en el eufemismo de pobreza estructural. A este no se le ocurrió mejor idea que invitar a Alberto Fernandez a un asado masivo que costo 20 millones de pesos, cuando días antes reclamaba como gobernador una ley de emergencia alimentaria.
El renunciamiento de Cristina permitió el surgimiento de un acuerdo mas amplio entre sectores, cuyo bautismo de fuego fue el 11 de agosto pasado. "Con Cristina sola no alcanza y sin Cristina no se puede". Fue y es el axioma estratégico.
Ese sector de peronismo poroso, residual del golpismo de los 70, nostálgico del menemato, y cooptado por gobiernos locales cómplices del neoliberalismo, navego en las aguas macristas, le hizo concesiones legislativas, aprobó pagos a buitres, presupuestos de miseria popular, desmovilizo al sindicalismo corpulento y vitupero contra el kirchnerismo luego de haber realizado inconmensurables negocios político - empresariales con la obra publica de las provincias.
Como afirmamos, ese peronismo de repente salio de la amnesia, de la paresia facial del boludo y empezó a cantar la Marcha para que los incautos crean que "nunca se fueron" aunque escondieron la doctrina peronista en el bolsillo trasero del pantalón.
Alberto Fernandez parece deslizar su futuro político convencido de que los votos de octubre habrán de clausurar la vigencia del axioma cristinista y el kirchnerismo sera jibarizado por el culto al presidencialismo.
"Analistas" de las corporaciones alientan esa idea.
Otro caso simbólico es el dirigente Chino Navarro que anda por todos lados diciendo que el Frente de Todos NO es kirchnerista sino algo mas amplio anclado en el peronismo.
Es parcialmente cierto pero se olvida de su operatoria furibunda con Randazzo que le fue útil al macrismo al restarle un 5% de los votos que Frente para la Victoria necesitaba para triunfar. Recuérdese que la votación del 2015 termino 51 a 49. Rememorese que el Movimiento Evita recibió el respaldo para su musculoso crecimiento en los gobiernos de Nestor y Cristina. Y así pago cuando había que jugarse el pecho. ( A Persico le gusta decir que NO hay que levantar contradicciones).
También parece que quiere olvidarse de nuevo que Cristina tiene una base electoral que supera el 35%. A estos dirigentes rosqueros se los vio volar al revés.
Alberto Fernandez también parece un "medico forense de la política" al ser capaz de aguantar fenómenos con estomago de hierro.
Por eso todo es relativo en la consolidación de la llamada "unidad" porque mas huele a juntada electoral que a otra cosa. Sin dudas resta la construcción del andamiaje solido que se llamara Acuerdo Patriótico.
Hasta aquí NO hubo demasiados patriotas entre los dirigentes que hoy se encaraman como referenciales del nuevo tiempo. Hubo una sola "mujer - símbolo" y dirigente real que desde la clave del silencio construyo esta ultima posibilidad que la Argentina tiene para decirle "Nunca Mas" al neoliberalismo.
De los demás no hay que esperar demasiado.
Los gobernadores - especuladores que No se animaron con Macri, desde el 28 de octubre se remitirán al pagare sin protesto que firmo Alberto en nombre del peronismo como eje estructural del Frente de Todos. Eso ocurrirá en el segundo tiempo.
Hay dos posibilidades.
O Alberto genuinamente cree que algunos de los gobernadores e intendentes peronistas lo sostendrán o simplemente fue un acting de campaña para que los mandatarios encuentren una excusa de olvidar las relaciones carnales con el macrismo y jueguen oxigenados en medio de la combustión de la historia argentina.
(Y si después se juega otro partido...?)
Alcides Cruz
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