Por Alcides Cruz - licencia CC BY 4.0.©
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Tema escabroso si los hay. Una trama de corrupción conocida por todo San Pedro, en la cual per secula seculorum participaba la industria maderera de la zona. El negociado no es el mismo por sus complicaciones pero sigue siendo buena tajada para los pocos que quedan aserrando madera nativa. La mafia de la madera es la práctica de compra - venta de madera sin guía y su paso nocturno o en feriados sin ningún control a la vista. La coima es el idioma frecuente. Esta vez fue más intrépido. Directo en zona roja de conservación. La Gendarmería venía rastreando la actividad de un maderero. Estalló periodísticamente. ¿Hay saludo con sombrero ajeno por parte de las autoridades provinciales?
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El Parque Provincial Piñalito tiene unas tres mil ochocientas hectáreas. Está ubicado a unos 30 kilómetros del casco de San Pedro. La localidad es poseedora de las más rica flora autóctona de la selva misionera junto con El Soberbio o Andresito.
En un rincón de esa superficie protegida ocurrió el robo de madera nativa en los últimos días de diciembre, en el marco de una relajación generalizada de los controles por las fiestas de fin de año, aunque en la realidad No difiere demasiado la actividad muy restringida del Estado por la falta de personal y recursos. En Piñalito hay 5 guardaparques que se dividen en dos turnos por semana.
Dos guardaparques para tres mil ochocientas hectáreas. Desde el vamos es una desproporción. Los que saben de los cazadores furtivos y de caminar el monte, viven en la intemperie funcional. San Pedro es una zona archi conocida donde operan las mafias de los cazadores brasileños y del apeo de la madera autóctona, tan apetecida por los aserraderos que la venden a precio de oro.
70 rollos de anchico, cedro, loro negro, grapia quitados a la selva virgen en un lapso de 10 días de operación clandestina, la complicidad de un vecino lindero que vendió y el dueño de un aserradero sampedrino que compró. El rédito de esa madera procesada se calcula en 100 millones de pesos o más!
Los detenidos por la causa de apeo ilegal en San Pedro
El facilitador del acceso es un hombre que fue comprando lotes a gente que había intrusado el área. Un "empresario pesado" de la venta de madera en pié. La topadora fue encontrada escondida en su predio.
Dos guardaparques fueron trasladados a otros destacamentos por temor a represalias o venganzas contra ellos. Es lo que se llama "razones de seguridad".
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Vuelan las culpas. Los primeros que cayeron en desgracia son los guardaparques porque son señalados al instante, por no haber escuchado nada. Nadie les preguntó si tenían los medios para controlar o la cantidad de personal para abarcar semejante superficie.
Por ejemplo, un sistema de comunicación inalámbrico para conectarse en red con la policía o Gendarmería. Imaginar el aprovisionamiento de un dron profesional o un sistema de SatLink, tan promocionado por el Vice gobernador Romero Spinelli es pedir en demasía.
(Eso sí enviaron a Corrientes a los agentes de la división de drones de la Policía de Misiones a hacer alharaca en la búsqueda del caso Loan)
Los otros mirados con lupa son los funcionarios de la Dirección de Bosques de la provincia destinados en San Pedro; son los que certifican, marcan los rollos de madera según las guías y tienen la capacidad técnica y de inspección para actuar en estos casos. Al parecer no tienen Ni para la nafta de patrullaje oficial dejaron entrever. Nadie lo puede corroborar en sí, porque es muy poco el trabajo de campo que hacen los susodichos en la actualidad.
Desde el Ministerio de Ecología, autoridad de aplicación en la materia, supuestamente quieren sacarse "el lazo con la pata", pues hubo un llamado de alerta al teléfono de denuncias de un veterano guardaparque sampedrino dando aviso y nadie le llevó el apunte. Desde el 23 de diciembre la administración pública ya había entrado en modo "fiestas".
Según informó el guardaparque Javier Báez, había gestiones ante Posadas para organizar un recorrido de la zona límite del parque desde el 5 de diciembre. Era necesario agrupar a más personal por lo peligroso del área, habida cuenta de la presencia de intrusos.
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Hay que observar cómo el gobierno de la provincia de Misiones se jacta de su biodiversidad por todas partes, publica ampulosamente sobre su idoneidad calificada para los bonos de carbono, pero resulta que los organismos de base para la preservación ambiental están en harapos.
Guardaparques contaron a este medio que el 70% del presupuesto ambiental de Misiones lo maneja InBio, el organismo que encabeza Viviana Rovira, otrora Ministra de Ecología y deja a ese ministerio con una caja acotada para cumplir con todas las líneas que tiene incumbencia.
En el diario se lee que la recaudación de las entradas a los parques provinciales se las queda el Ministerio de Hacienda y No vuelve a sostenimiento material de los relictos.
La Policía Rural o la Gendarmería No se mete monte adentro, aseveran los guardaparques. Anda por las picadas seguras y no camina demasiado porque su vestimenta y entrenamiento No corresponde a las complicadas cerrazones selváticas y sus alimañas. La idea de evolucionar en una "policía ambiental" mantiene en vilo a los profesionales del bosque. Misiones necesitaría unos 600 guardaparques para cumplir con los planes de manejo pero apenas tiene 125. La policía ambiental es un eufemismo porque No tiene la formación adecuada. (Sospechan que quieren hacer desaparecer al Ministerio de Ecología)
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"La mafia de la madera nativa" existe y encuentra en los guardaparques el obstáculo real para sus negociados. Se recuerdan los 11 balazos calibre 38 y el incendio del destacamento de la reserva "Horacio Foester" en Andresito. Otros casos de amenazas directas en los domicilios e incendios de 5 autos particulares. Algo de ello ocurrió en San Pedro.
El hurto de madera nativa en Piñalito salió por la ruta 14 hacia el aserradero de San Pedro y nadie vió nada de ese traslado. Si fue de noche, peor aún. Llama poderosamente la atención el suceso.
El periodista Marcelo Núñez de FM Yabotí relató a este medio que resulta insólito el operativo desplegado; casi nunca visto en mas de 140 años de historia de la localidad, donde el apeo de madera nativa sin ningún tipo de registro "es una cosa de todos los días".
Hoy San Pedro vive de la yerba y del tabaco más que de la madera, quedan una veintena de aserraderos y unos diez aproximadamente se dedican al aserrío de troncos autóctonos, nos contó.
Muy al contrario de lo conocido por otros medios, la pesquisa se abría originado en el aserradero y de allí se siguió el camino de la investigación hasta el sitio donde se derribó la arboleda.
La intervención de Gendarmería Nacional sucede a unos seis meses del cambio de jefe de la unidad San Pedro, lo cual es un dato interesante para el análisis integral del caso porque, cambiaron los vientos para una vieja y descontrolada práctica sobre un negocio multimillonario.
La sede de los "martilleros" de la Dirección de Bosques provincial está ubicada en la avenida Güemes y según relatan varias fuentes, es donde se pactan las guías de corte del monte nativo o implantado. Los funcionarios de esa oficina denotan un buen pasar.
La madera nativa es muy apetecida, especialmente en el sur argentino. Como se dijo, son pocos los aserraderos que la trabajan y muchos han dejado esa línea de producción por lo complicado que resulta hacerse de la materia prima, si realmente se siguen los pasos legales para su obtención. La madera nativa existente en los aserraderos es de dudosa procedencia. Según nos indica el periodista Marcelo Núñez que de hacerse un sesudo control del origen, la mayoría debería ser decomisada y los patrones puestos a disposición de la Justicia.
A nadie de la zona sampedrina se le escapa que el caso Piñalito tiene una connotación rara y la primera sospecha popular es que falló la coima por algún lado. Este es el tercer caso que ocurre pero es el de mayor trascendencia mediática.
Pero lo más llamativo se produce cuando se vuelve la mirada hacia la autoridad de aplicación, ubicada en la calle San Lorenzo esquina Santa Fe de Posadas. El robo de madera nativa es crónico, de décadas. Zona roja. Ejemplares de 500 años. Nadie ve nada, nadie sabe nada pero las cosas pasan.
El comité de crisis que se armó por lo de Piñalito es un mecanismo de coordinación que reúne a las fuerzas de seguridad nacionales, policía provincial, la justicia y los autoridades de aplicación.
Un hecho que puede circunscribirse a un orden judicial pero cobró en los últimos días una dimensión política inquietante. ¿Desde la Nación están cortando las nervaduras de incontables nichos de corrupción en la provincia?
[No vaya a ser que Misiones le diga a la Nación: "Nosotros queríamos que nos ayuden en la seguridad de frontera pero no exageren"].
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