Espejos

La democracia argentina esta hecha pedazos como un espejo roto donde se mira su feo rostro. Los partidos políticos se disuelven en la nada misma; los oráculos del neoliberalismo predican la muerte de las ideologías solo con fines acomodaticios y el pueblo mismo se ha vuelto un traficante de la voluntad; en el fondo nadie quiere que las cosas cambien sino que se lamentan de que no hayan seguido con la abundancia que estaban antes.

En esas debilidades navega la esperanza del macrismo, que apela a micro mensaje teledirigidos a su propio nucleo y en paralelo azuza un fantasma de miedo a un pasado que, siquiatricamente, no quiere asumir echando la culpa a otros de su estrago socio económico y político. 

Este festival de grises permite la circulación profusa de transfugas políticos que rosquean hasta el hartazgo, no por el pueblo que quieren representar sino por sus personalisimos intereses.

La antipolitica esta en la cúspide. La deconstruccion del conocimiento cívico y la intermediación del pensamiento político en los medios masivos, la participación ciudadana reducida a la reacción en redes sociales, son causales del debilitamiento de los partidos y su debacle como escuela de liderazgos.

El plan deliberado de los promotores del Nuevo Orden mundial es la creación y recreación de escenarios lábiles, de dirigencias inconsistentes, sin respaldo institucional, o de representaciones negociables, sectoriales de la llamada sociedad civil, que son erigidas como modelos ajustables a esos intereses coyunturales. 

Es tan precario el nivel de conciencia popular, tan bajo el conocimiento de los asuntos públicos, es tan desesperante el desinterés social que hoy se plantea por ejemplo, la boleta larga o la boleta corta...sin mayores explicaciones que los intereses de patria o antipatria.  O el argumento de la heladera o el televisor;  angustiante por el nivel bajo de apelación a la comprensión popular. 

Y  la calidad de los candidatos deja mucho que desear. 

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