3/05/2021

La pandemia provocó un desplome de los indicadores sociales en América Latina



Con el 8% de la población mundial, la región acumula un 27,8% de las muertes por Covid. Pero el impacto de la pandemia no es sólo sanitario: según la CEPAL, Latinoamérica retrocederá 20 años en materia de pobreza extrema. La urgencia de avanzar hacia un verdadero estado de bienestar. La pobreza en América Latina trepó al 33,7% y ya alcanza a 209 millones de personas. La pandemia provocó un aumento en los niveles de pobreza sin precedentes en las últimas décadas e impacta fuertemente en la desigualdad y el empleo.

El 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el COVID-19 era una emergencia de salud pública de importancia internacional. El primer caso en la región se detectó en Brasil el 25 de febrero de 2020 y, tras la notificación de casos en todos los continentes a escala comunitaria, el 11 de marzo la OMS declaró que el brote de COVID-19 podía considerarse una pandemia.

Al cabo de un mes, casi todos los países de la región cerraban escuelas, aeropuertos y negocios, e implementaban distintas medidas restrictivas en un intento por controlar la pandemia.

Para fines de enero 2021, el total de muertes por COVID-19 de la región excedió las 600,000 a fines de enero de 2021, uno de cada cuatro fallecimientos del globo.

El documento indica que persisten las brechas entre grupos de población: la pobreza es mayor en áreas rurales, entre niñas, niños y adolescentes; indígenas y afrodescendientes; y en la población con menores niveles educativos. Agrega que el aumento de los niveles de pobreza y pobreza extrema sería todavía mayor sin las medidas implementadas por los gobiernos para transferir ingresos de emergencia a los hogares. Los gobiernos de la región implementaron 263 medidas de protección social de emergencia en 2020. Estas alcanzaron al 49,4% de la población, aproximadamente 84 millones de hogares o 326 millones de personas. Sin esas medidas, la incidencia de la pobreza extrema habría alcanzado el 15,8% y la pobreza el 37,2% de la población.

Hoy, a esta trágica cifra se le suma un profundo costo social y económico. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) calcula que la pobreza extrema habrá escalado hasta su nivel más alto desde el año 2000: el 12,5% -más de un punto porcentual que hace un año- de los Latinoamericanos está ahora en esa situación.

“Los grandes perdedores, como siempre, son los pobres”, indicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de Cepal, durante la presentación del informe Panorama Social 2020.

Si bien el estudio señala que ya desde 2014 se observaba un incremento continuo de la desigualdad, los indicadores revelan que en el último año cayeron en la pobreza unas 22 millones personas. Bajo ese umbral hoy la región contabiliza unos 209 millones. De ellos, 78 millones bajo la pobreza extrema (8 millones más que un año antes).

La desocupación en América Latina alcanzó el 10,7% hacia fines de 2020, un incremento de 2,6 puntos porcentuales respecto del valor registrado en 2019.

A partir de estos indicadores, el organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas advierte sobre la “urgente” necesidad de avanzar hacia un verdadero estado de bienestar. “Abordar los factores que originan el malestar, con políticas sociales centradas en el goce de derechos, la igualdad, el reconocimiento y el trato digno, junto a la construcción de pactos sociales orientados a la construcción de sociedades más justas, inclusivas y cohesionadas, es fundamental para evitar niveles crecientes de conflictividad, expresiones de violencia y crisis de representación y legitimidad democrática que obstaculizan el desempeño económico”, plantean los técnicos de la CEPAL.

El 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el COVID-19 era una emergencia de salud pública de importancia internacional. El primer caso en la región se detectó en Brasil el 25 de febrero de 2020 y, tras la notificación de casos en todos los continentes a escala comunitaria, el 11 de marzo la OMS declaró que el brote de COVID-19 podía considerarse una pandemia.

Al cabo de un mes, casi todos los países de la región cerraban escuelas, aeropuertos y negocios, e implementaban distintas medidas restrictivas en un intento por controlar la pandemia.

Para fines de enero 2021, el total de muertes por COVID-19 de la región excedió las 600,000 a fines de enero de 2021, uno de cada cuatro fallecimientos del globo.

Hoy, a esta trágica cifra se le suma un profundo costo social y económico. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) calcula que la pobreza extrema habrá escalado hasta su nivel más alto desde el año 2000: el 12,5% -más de un punto porcentual que hace un año- de los Latinoamericanos está ahora en esa situación.

“Los grandes perdedores, como siempre, son los pobres”, indicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de Cepal, durante la presentación del informe Panorama Social 2020.

Si bien el estudio señala que ya desde 2014 se observaba un incremento continuo de la desigualdad, los indicadores revelan que en el último año cayeron en la pobreza unas 22 millones personas. Bajo ese umbral hoy la región contabiliza unos 209 millones. De ellos, 78 millones bajo la pobreza extrema (8 millones más que un año antes).

La desocupación en América Latina alcanzó el 10,7% hacia fines de 2020, un incremento de 2,6 puntos porcentuales respecto del valor registrado en 2019.

A partir de estos indicadores, el organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas advierte sobre la “urgente” necesidad de avanzar hacia un verdadero estado de bienestar. “Abordar los factores que originan el malestar, con políticas sociales centradas en el goce de derechos, la igualdad, el reconocimiento y el trato digno, junto a la construcción de pactos sociales orientados a la construcción de sociedades más justas, inclusivas y cohesionadas, es fundamental para evitar niveles crecientes de conflictividad, expresiones de violencia y crisis de representación y legitimidad democrática que obstaculizan el desempeño económico”, plantean los técnicos de la CEPAL.

Fuente: Nodal - Redacción Canal Abierto |









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