La justicia misionera se venga en el cuerpo de María Ovando. Su caso develó lo podrido del sistema judicial misionero.

Le pregunté a la abogada Roxana Rivas: ¿Por qué este ensañamiento de la "justicia" misionera con Maria Ovando? - La respuesta fue clara. Se la puede escuchar aquí. 

No se puede creer tanta perversión. Asistir a la idea de una "venganza de la famiglia judicial" es un retroceso de lo humano al medioevo. 

Hasta hoy afirmé que el Poder Judicial misionero tiene los mismos males de las "justicias provinciales" y de los tribunales nacionales, pero en la tierra colorada se recalca el careteo, el chupamedismo rastrero, el tráfico de favores, en un marco político de suma total del poder público. 

Un Estado abandónico donde los pobres son invisibilizados por el sistema que cada dos años los utiliza para votar y descartarlos. 

La desnutrición, el hacinamiento, la carencia de  contención social, subsidios (pese a que llegan de la Nación parvas de fondos) no llegan a los mas desposeídos.  En todo caso llegan las migajas que deja caer la corrupción. Prevalecen los intendentes apoltronados y sus tramoyas. 

La tercera pata del sistema democrático republicano se reconcentra en un bodrio. Una justicia deplorable, en tanto discrimina entre ricos y pobres. No con una venda sino con un parche en el ojo. 

Misiones trata de contar la fábula del inmigrante, de la "Tierra sin mal", de la chacra y el paisaje, pero en lo profundo, en la realidad hay mas dolor de lo que una sociedad civilizada puede soportar. 

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