Los momentos pre electorales son épocas singulares. A flor de la tierra se levantan los dolores, los sinsabores, lo que falta y también se ven los escombros de una sociedad derrumbada en valores. Hete aquí que las viejas costumbres, las agachadas, las especulaciones pueriles, los acuerdos espurios también surgen en plenitud.
Aparecen los punteros con sus manos de veinte dedos a pedir para la militancia delivery, aparecen los aprovechan la ocasión para desplegar las influencias barriales, merodean los infiltrados que llevan y traen, los contadores de costillas mas los que quieren siempre caer parados, con riesgo cero y puesto en el Estado asegurado.
Los que se valen de las arcas publicas se desplazan como efusivos Papa Noel y amontonan las selfies delante de chicos que sorben su taza de matecocido con leche, dando cuenta que los mismos que vienen a prometer futuro, están ahí para prolongar su desdicha del presente. La confusión de la dádiva con la "futura gestión"es una practica maliciosa.
Desde la ignorancia largamente promovida, algunos preguntan que les van a dar para "trabajar" por tal o cual candidato; o bien manifiestan lo que entienden por política; es decir, una colanza de víveres por el favor del voto. Entonces se puede simplemente apreciar la desmembración de la conciencia social en nombre de una democracia que jamas gobernó ni gobernara en la piel de los pueblos embrutecidos, adormecidos en la mentalidad, hambreados y necesitados crónicos.
Pero como se afirma precedentemente, están los avivados de la política; los ventajeros y aprovechadores que enarbolan la bandera viviencial de un sentimiento sino el frio calculo de lo que van a ganar. Siempre ganar nunca perder como buenos mercenarios que aseguran como Judas la bolsa de monedas endiabladamente.
"Cuenta tu aldea y contaras el mundo" dice un antiguo refrán y vale para decir que aquí en Garupa esta pasando lo que se describe.
Tipos que se arriman negando su pasado con Onetto o con Roa o vituperando a Ripoll para colocarse en posición de ventaja negociadora del zarpazo o de la traición.
Repugnan con sus modus operandi. De pronto se abre la verdad monstrandolos por el precio de saldos y retazos que se venden; y en cuanto olfatean que no hay dinero en danza, reculan como cangrejos desorientados. O van tanteando con uno y con otro hasta que encuentran al bolsillo amable o aun, al politiquero sinverguenza que los usa.
Entonces. No solamente a las figuras políticas que se postulan hay que observar, sino a aquellos que le hacen el corso y el tamborileo.
Sin embargo es una costumbre difícil de corregir porque el pueblo no esta en los contubernios, ni las triquiñuelas; no todos se informan para estar avispados de lo que ocurre en su barrio o localidad; apenas van a los comicios porque es obligación y se enteran en el asiento de un remis de quien es un candidato.
Sepa desde ya que en las próximas elecciones No se define la voluntad popular sino el fondo de comercio de los negocios territoriales; que las palabras huecas y las promesas fatuas llenaran sus oídos. Lo miserable de la política esta en curso.
Alcides Cruz
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