5/21/2022

Alberto es el bastón de mariscal de las corporaciones.



Macri sentenció en Rosario que se postulará para exterminar al peronismo.  Alberto desde España se propuso avanzar con su plan de destruir al kirchnerismo. Después reculó. El oráculo advierte con voz cavernosa que la interna en las Primarias No será para ganar y gobernar mientras el que pierde acompaña. 

(Ramón Puerta - el Rasputín de Macri -  anunció que el armado de gorilas depilados que se dicen peronistas, será indefectiblemente dentro de  Juntos por el Cambio. Con Macri padece el Sindrome de Estocolmo. Pichetto es la cabeza de turco esta vez)

Las uvas de la ira son los acuerdos rotos por Alberto. La simple idea de que sea un Presidente de transición se diluye en la nebulosa de sus aparentes indecisiones. El Poder seduce al poder y embriaga los sentidos.  El convenio era que Cristina sea la candidata en el 2023 y se dispuso a No cumplirlo. 

Alberto agita las internas en las PASO. Anuncia extramuros que será candidato presidencial nuevamente. Luego huye como un niño que toca el timbre en casa ajena.
 
Puesto en la presidencia del Partido Justicialista, Alberto ocupa el espacio reservado para un natural del pensamiento y sentir peronista. Él sabe que es una mera ocupación táctica impulsada por sus aduladores, cual una apropiación de la simbología, la liturgia y la lapicera. La picardía No sirve para nada. 

Hoy, Emilio, "El Persa" y el Chino "Anticampora" lapidan al Partido Justicialista, mientras en simultáneo canalizan intereses a su propio partido Tierra, Techo y Trabajo. La CGT de Daer sólo existe para las cajas de las obras sociales y se transformó en una junta de burócratas apoltronados, afeminados y sin lucha en las calles. 

(Las organizaciones sociales, habitadas por ex asalariados peronistas fuera del sistema y con cultura sindical, en el presente son los que ejecutan las prácticas históricas de resistencia).

El viaje de segundas nupcias de Alberto con el globalismo comenzó por la península ibérica. 

BlackRock - el inversor del Grupo Clarín - le ofreció el plafón de su Diario El País, para que Alberto se explayara con sus conceptos conservadores. Desde España relanzó su campaña presidencial. Esta vez sin Cristina, a la que "in pectore"considera en el pasado. Alberto ya había metabolizado a Cristina como un cuerpo patógeno hace varios años y desarrollado todos los antígenos. Hoy la  tolera apenas. 

Es un Presidente de amago y estocada. Mas o menos parecido al "si pasa...pasa" del macrismo. 

Alberto disimula su hastío al tiempo que guiña un ojo "a lo Carrió" para cancherear de que la tiene clara. Es en sí mismo el Caballo de Troya del Círculo Rojo.  Es el que mandó a su mejor alfil, el Ministro Martín Guzmán para que cuente en exclusivo, en el Hotel Llao Llao de Bariloche, la intimidad de ésta nueva etapa de desmembramiento del peronismo.

(La mayoría quedó contenta con Guzmán. Imagínense que el proto candidato Rodriguez Larreta salió algo trasquilado. El vocero del establishment Funes de Rioja - Unión Industrial Argentina - lo apoyó conforme )

Quizás sea la mayor promesa de toda su trayectoria de buenas migas con Magneto y Cía.; Alberto es la tortuga arriba del árbol sentado en la presidencia del justicialismo. ¿Usará el sello del PJ para las eventuales internas del Frente de Todos cuando se enfrente a Unidad Ciudadana?

Por más que diga que el "enemigo es Macri" no lo percibe así. Alberto siempre pesca en la pecera y "construye" por dentro,  los subsistemas de oposición. Lo intentó con el salteño Urtubey; con Sergio Massa le salió bien el engendro de la Renovación y después con Randazzo y el Evita acertó en tacklear a Scioli restándole los seis puntos con los que el ex motonauta "pichichi" hubiera llegado al Sillón de Rivadavia. 

Hoy Alberto persiste en su propio ser. Pocos pueden comprender este asunto al que la psicología puede auscultar con cierta proximidad. Por eso, cuando Cristina dijo que Alberto "tiene la lapicera" para firmar el pacto con el FMI, nuestro "guapo por horas" comenzó a caminar como John Wayne. Su séquito apostó balas en contra del kirchnerismo y pidió la expulsión de los cuadros K del gobierno. Quizás un desquite inconciente de la frase de "funcionarios que no funcionan".

Alberto le preguntó a Cristina cuando lo nominó para candidato a Presidente si estaba segura de lo que hacía. Luego Cristina dijo en el Chaco que Alberto era la opción sin partido (o la carnada para atrapar a Massa). El tigrense andaba tejiendo con Lavagna, Urtubey, Pichetto y gobernadores que abominaban al kirchnerismo a viva voz como Schiaretti, Bordet, Passalacqua y el actual Jefe de Gabinete, Juan Manzur. 




El FMI comenzó a rascarse el buche y a variar los parámetros. Guzmán se ufanó de haber sobre cumplido metas fiscales pero el contentamiento duró poco. El verso de la "conciencia social" del Fondo Monetario se desmoronó de arranque. 

Alberto quiere retenciones pero quiere que sea el Congreso el que lo respalde. Su institucionalismo es una excusa porque No tiene las agallas de convocar al pueblo a las calles y a las rutas. Un puñado de platudos, de neto corte partidario macrista, lo tractorea en la Plaza de Mayo o lo corre con oposiciones judiciales. 

Anuncia una guerra contra la inflación y le moja la pólvora al Secretario de Comercio, Roberto Felletti, embutiéndolo en el mando del Ministro Guzmán. Mientras tanto, los correveidiles del macrismo presagian "sangre, sudor y lágrimas" parafraseando a Wiston Churchill.  Increíblemente la "barbarie" es ejercida por quienes otrora señalaban a los desposeídos. 

¿Dónde están los aduladores de Alberto que convocan a la Plaza de Mayo o a estadios amigables, mientras controlan el mayor paquete presupuestario del país? ¿Dónde están las organizaciones sociales que piden más cobertura social, hiper diagnostican el hambre, acampan y atraviesan de norte a sur para conseguir ser oídos? 

Esa resistencia de cocoliche y pantomima no es la que hace falta ahora. La verdadera resistencia es contra las posiciones de la derecha y la ultraderecha en  todos los flancos.  Para empezar, en las propias provincias cuyos gobernadores también soslayan el presente, son gestores pedigüeños  a la Nación y No frenan a los abolengos territoriales. Los gobernadores Schiaretti, Sáenz y Perotti son tres claros ejemplos. Y se dicen peronistas.  

Algunos se hacen los zonzos mirando para otro lado. La famosa grieta socio política está sedimentada desde el fondo mismo de nuestra historia. Es necio querer llenar una grieta tan grande como el Cañon del Colorado.

Volvamos a Perón: 

Así como es difícil armar una nacionalidad, es fácil desarmarla cuando no median los factores que la engrandecen y cohesionan... los verdaderos poderes del Estado han tenido la virtud de destruir una comunidad que se encaminaba a la unidad nacional por los caminos de la justicia social, la independencia económica y la soberanía nacional. Se puede perdonar cuanto se ha destruido en el orden material pero, como argentinos, no podemos perdonar el intento de destruir el alma nacional. Así como entendemos que la mayor crisis está representada por la carencia de patriotismo en las pretendidas clases dirigentes y en los llamados factores de poder, entendemos también que sólo el sacrificio podrá ser el remedio. Sólo el sacrificio ha sido en todos los tiempos la demostración más elocuente de las virtudes. De todas las destrucciones que se han operado en el país, la peor de todas ha sido la “destrucción del argentino”

Se ha descapitalizado el país porque se lo ha saqueado de adentro y de afuera; un solo camino queda para capitalizarlo: cerrar las puertas de la descapitalización y trabajar para capitalizarlo nuevamente...Entre tanto la situación se deteriora cada día más. De la crisis de desequilibrio se está pasando imperceptiblemente a la destrucción de las fuentes de riqueza. De la crisis moral que ha caracterizado a esta situación, se llega también imperceptiblemente a la carencia de patriotismo en la que cada uno piensa en sí mismo o en sus intereses personales o de círculo, sin percatarse [de] que en una comunidad que no se realiza, nadie podrá realizarse". Juan Domingo Peron - "La hora de los pueblos".

Alberto debe aplicar peronismo pero No le sale. Ineluctablemente. Sin embargo está empeñado en pasar como un Presidente sin pena ni gloria. 

Alcides Cruz



 








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