5/22/2022

Los peronistas que No quieren a Cristina.



El peronismo está equivocado. A quien hay que blindar es la ex Presidenta de todos los tiempos, Cristina Kirchner. No a Alberto Fernández. Pocos dirigentes reaccionan en pos de repeler los constantes esmerilamientos que continúa recibiendo la  hoy Vicepresidente de la Nación.  

Permanece el prurito de esconder en un rinconcito silencioso, secundario, a la gran constructora del presente gubernativo. La supuesta imagen negativa con las que las consultoras nutren a los cuarteles mediáticos, promueve cierta lejanía o "distanciamiento social" de la figura más carismática de política nacional e internacional.

La maquinaria de troles aprovecha cualquier episodio para salir a denostarla hasta cuando va a comprar una docena de medialunas o se vacuna contra el coronavirus. 

Los pesos pesados del PJ no quieren a la Cámpora definitivamente. La soportan cual batracio indigesto. La corporación burócrata dirigencial pejotista No ve en la generación cultivada por Néstor Kirchner y Cristina el reflejo de aquella juventud maravillosa. 

Prejuician con una caracterización equívoca, comparando a estos jóvenes milenialls con los imberbes de aquel Perón de 1973. 

No aceptan la senectud que desdibuja una retrospectiva del fracaso. En treinta años en nombre del peronismo hicieron toda clases de contubernios para mantener su status quo, mientras a largo y ancho del país se apagaban las luces de las unidades básicas. 

Hoy esos dirigentes ni siquiera juegan un rol de Consejo de Ancianos, sino que quieren ponerse los pantalones cortos y jugar fulbito de veteranos con el bobo reventado, con tal de no ceder a las nuevas generaciones la conducción del partido más votado históricamente. Son taimados y mañosos con ideas fijas. 

Entregar la conducción del Partido Justicialista a Alberto Fernández por tradición es el argumento sempiterno, pero el trasfondo es el mantenimiento del status quo, la zona de confort.

Quieren evitar el escarnio de que ninguno de esos dirigentes ha construido una fuerza de base propia, sino apegada a la tracción de la única dirigente con vitalidad política de la Argentina.  A Cristina estos carcamanes no la defienden.  

Cristina es el reaseguro del peronismo. No lo quieren reconocer porque hacerlo, sería aceptar la verdad histórica de la diáspora del peronismo, con el enquistamiento de gorilas depilados que tuvieron su momento de gloria con el menemato. 

Además son la secuela amigable de la dictadura militar, los que "se salvaron" por colaboracionistas, inclinados a la Triple A.  

Hete aquí uno de los problemas de la reorganización peronista. 

Insisto en que camuflan en la palabrería de juntar a "todos los peronistas desencantados" para dar indulgencias a muchos "tipo Julio Bárbaro", que se presentan como la reserva moral o los exégetas del peronismo en los canales de comunicación de los opositores, aceptando todas las tesis en contra y encima dando letra.  

Así vimos derretirse en vivo y en directo,  la careta de Duhalde, Amadeo, Toma, Pichetto, Puerta, Romero,  Bossio, Barrionuevo, y otros tantos.  Hay que decir clarito que a la izquierda de toda esta monada  hay millones de peronistas. 

El peronismo tiene que protagonizar la épica decisión de "Nunca Más al Neoliberalismo en la Argentina".   

Perdió una enorme oportunidad al firmar - así como así - el Pacto con el Fondo Momentario Internacional. 

Se niega a aceptar su ADN socialista, porque la "Justicia Social" del peronismo No se basa en la dádiva sino en reconquistar derechos para el pueblo, y en ello va el enfrentar a las corporaciones oligárquicas del país. 

Es que la vieja dirigencia se ha convertido en una burguesía política. Declamar peronismo y hacer fonomímica con la Marcha de Hugo del Carril -  para ellos - es como la renovación de la licencia de conducir a los 75 años. 

Alcides Cruz









---

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Opine Libremente pero Evite Insultos.

El Vecinal TV

Lo Mas Leido

Radio Vecinal On Line

Guía Digital