4/30/2024

Garupá. ¿Tito Ripoll volvió al ripollismo? Persisten los resquemores en la Convencional Constituyente.



Si afirmo que en la última sesión de la Convención Constituyente de Garupá se fumó la mítica "Pipa de la Paz" sería muy aventurado. A veces apelar a la poesía o a una célebre prosa resulta oportuno. No hay nada más diplomático.  La letra del tango "Tarde" de José Canet viene "como anillo al dedo". 

De cada amor que tuve tengo heridasHeridas que no cierran, y sangran todavíaError de haber querido ciegamenteMatando inútilmente la dicha de mis días
Tarde me di cuenta que al final se vive igual mintiendoTarde comprendí que mi ilusión se marchitó queriendo...
Y aún que quiera quererte ya no puedoPorque dentro del alma tengo miedoTengo miedo que se vuelva a repetirLa comedia que me ha hundido en el sufrir...
Todo lo que di, ¡todo lo perdí!Siempre puse el alma enteraDe cualquier manera, soportando afrentaY al final de cuentas, me quedé sin fe.
Las sonrisas del comienzo, allá en los albores de abril, hoy se transformaron en amargura; pasaron más de cincuenta días para definir el Reglamento de la Carta Orgánica. Un total de 122 artículos. En ese interregno se desencadenó la pugna por el control absoluto de la resultante de todo el proceso decisorio. 


La convencional Claudia Páez planteó que su par Damián Monzón plagió sus escritos y su ofuscación porque le dinamitaron la Presidencia de una Comisión.

Finalmente el Presidente de la Convención lanzó la votación de armar una sola comisión donde los cuatro miembros de esta foto impusieron su mayoría. Nacieron dos bloques de tres renovadores cada uno. ¿Tito Ripoll volvió al lugar de dónde nunca se fue?



La clave está en la aprobación por mayoría y acordada de manos levantadas, donde los artículos de la Magna Constitución garupaense se harán reales "por simple mayoría de votos" en su fase preparatoria y No por dos tercios (5 a 2). Es muy difícil volver atrás de los hechos consumados. 

La falta de Reglamento aprobado durante un mes y medio de sesiones, produjo un efecto dominó en retroceso. Nada era legal aunque se hayan legitimado primero las voluntades en un sentido Norte; luego se frenó y se cambió hacia el Sur. 

El tratamiento del articulado por bloque temático derrumbó la iniciativa de elaborar en tres comisiones distintos aspectos del cuerpo normativo. Lo que se había acordado por votación unánime al principio, fue borrada de un plumazo en las dos últimas reuniones de los convencionales. 

Los capítulos reglamentarios de "Dialogo y Consenso" constructivo y el Espíritu Colectivo con el compromiso de dejar de lado las cuestiones personales e individuales" quedaron como meros enunciados de buenas intenciones. 

Curiosamente se concretó la moción del veterano Raúl "Tito" Ripoll que de entrada nomás propuso el modelo que va a contrapelo del arte legislativo. Las comisiones específicas pueden generar dictámenes por mayoría y minoría más elaborados antes de entrar al plenario. Ello obliga a negociaciones de fondo o de forma, es decir lo contrario al estilo campechano de votaciones ansiosas, sin rudimentos como se pretende. Pero hay que ser justo. 

El plan de acción contempla la invitación in situ de profesionales informantes en diversos tópicos como expositores de lo deseable, oportuno, moderno y futurista. 

No vaya a ser cosa que el asesoramiento de expertos quede acotado a lo opinativo instantáneo, sin mayores análisis. Sopapeando los temas y votando "sobre el pucho, la mascada" dicho en idioma criollo, como llevando de arreo las cuestiones que van a atravesar la vida de los habitantes de Garupá por los próximos 30 años. 

El asunto que los temores quedaron danzando como diablos. Los renovadores se partieron en dos bloques de tres y Tito Ripoll quedó como una cuña incrustada en la grieta anímica. Por más que el Presidente convencional Julio González quiera aplanar los hechos como un mero escarceo. 

El convencional Tito Maidana pidió la nulidad de todo lo actuado el 17 de abril cuando el convencional Damián Monzón mocionó el exterminio de las comisiones por fuera de la agenda o sobre tablas. Reitero que No había Reglamento vigente. Todo estaba en estado de suspensión aérea. Y la "moción de reconsideración" también adolecía de legitimidad. 

Esto pronunció nerviosamente Maidana:

"En particular, la presentación de la moción del convencional Monzón durante esta interrupción del orden del día plantea serias dudas sobre la validez y legalidad de dicha acción. Dado que la interrupción del orden del día no fue adecuadamente autorizada ni respaldada por las normas establecidas, considero que cualquier decisión tomada durante este período de interrupción carece de validez y debe ser tratada como nula" afirmó.

Actas aparentemente atrasadas y sin firmar de una reunión para otra como es de uso y costumbre, se añadieron a las críticas. Así el propio Reglamento cambiado en su Vía Crucis. 

Este medio consultó a Monzón. Y éste expresó:

"Al comienzo propuse trabajar en sesiones temáticas y sólo obtuve el apoyo de Ripoll. Quedó aprobada la conformación de tres comisiones. Luego solamente una comision logró reunirse; surgieron demoras y problemas internos. Ante ello, volvi a mocionar la "reconsideración de la modalidad de trabajo" dado los últimos sucesos ya que el Reglamento No impedía esa modificación. Finalmente se aprobó por 4 votos de González, Ripoll, Kozachik y Monzon contra  3 de Roa, Maidana y Páez. El cambio generó un eufórico rechazo y muchos contrapuntos. Al cambiar de modalidad se modifica el Reglamento quitando los artículos que contemplaban el trabajo en comisiones".

Sobre el proceso deliberativo de la Carta agregó:

"En primer momento - o nivel -  en el trabajo de comisión (única), se aprobarían por mayoría simple a los dictámenes por mayoría /  minoría  a los efectos de tener un texto para llevar al recinto.

*El Reglamento dice que los proyectos se aprobarán por mayoría simple. Que trabajara en núcleos temáticos en una única comisión. 

"Los artículos provisorios de la Carta Orgánica se van a aprobar, en segunda instancia, en sesiones ordinarias,  de manera particular, otra vez con mayoría simple, a excepción de las cuestiones electorales y presupuestarias del municipio. 
Una vez observada, trabajada, redactada toda la Carta Orgánica vendrá la presentación en audiencias públicas del texto que se logre consensuar; se avanzaría - tercera instancia - en la aprobación general y final por los dos tercios. 
La intención es que salga por unanimidad en la redacción final; con lo complejo que fue alcanzar, la aprobación del Reglamento, podría llegar a ser dificultosa la aprobación del texto final si no logramos la sintonia política de los bloques..."

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SUSPICACIAS

El manto de sospecha avanza en las conjeturas para finalmente dilucidar si Tito Ripoll se volvió a la Renovación "como pancho por su casa" y todo el stand up de Cambiemos era para jugar al tero. Poner los huevos en un lugar y gritar en otro. En vez de ser "La parábola del hijo pródigo" es la del padre. 

El otro lado de las especulaciones imaginan al tandem Julio González - Tito Ripoll reinstalando en el escenario, particulares intereses de larga data. Los malos pensamientos son inagotables o agotadores, a pesar de que el susodicho Reglamento exprese la "Soberanía Popular" para actuar y defender los intereses supremos del pueblo de Garupá.  En la fuerza centrípeta caen absorbidos los roles de Damián Monzón - ex Dr Francisco Ojeda - hoy un incondicional del empresario inmobiliario - y  Celia Kozachik la compañera de lista del oficialismo local.

Si todo esto fuera cierto, estamos en problemas. A pesar de los intentos componedores y las diagonales políticas que tiende Daniel Roa, la arquitectura de la Carta Orgánica saldrá torcida. Su compañera de banca, Claudia Páez fue blanco de mira telescópica por su afán de sostener la labor por tres comisiones. Es de destacar que la convencional sostiene de su acervo personal el respaldo jurídico de un abogado y una escribana. Ningún convencional constituyente cobra sueldo y la carga pública es ad honorem. La Asamblea solamente tiene un presupuesto asignado de cinco millones de pesos hasta noviembre. 





Todas las miradas están puestas en Julio González, aunque él cree que navega en aguas de almirantazgo. Habla de haber alcanzado el consenso y la armonía. Aguas despejadas a partir de la aprobación tardía impuesta al Reglamento. El timón gira en vaivén.

Es tan delicado el cristal que se fisuró: la confianza.  Salvo que todo este lapso de desavenencias haya sido un simulacro del sexteto renovador, el desánimo podría terminar escribiendo una normativa sosa e insípida. 

Lo peor, sin pueblo. 


Alcides Cruz





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