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10/10/2020

La nueva encíclica del Papa Francisco: Todos Hermanos


El Papa Francisco dio a conocer su nueva encíclica, “Fratelli Tutti” (Hermanos todos), “sobre la fraternidad y la amistad social”, para construir “un mundo más justo y fraterno en sus relaciones cotidianas, en la vida social, en la política y en las instituciones”. 

En la misma, el pontífice propone “una política centrada en la dignidad humana y no sujeta a las finanzas” porque “El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal. Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente”, por eso “la política no debe someterse a la economía y esta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia”.

Critica “el avance del globalismo”: ““Abrirse al mundo” es una expresión que hoy ha sido cooptada por la economía y las finanzas. Se refiere exclusivamente a la apertura a los intereses extranjeros o a la libertad de los poderes económicos para invertir sin trabas ni complicaciones en todos los países. 

Los conflictos locales y el desinterés por el bien común son instrumentalizados por la economía global para imponer un modelo cultural único. Esta cultura unifica al mundo pero divide a las personas y a las naciones, porque «la sociedad cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos». 

Estamos más solos que nunca en este mundo masificado que hace prevalecer los intereses individuales y debilita la dimensión comunitaria de la existencia. Hay más bien mercados, donde las personas cumplen roles de consumidores o de espectadores. 

El avance de este globalismo favorece normalmente la identidad de los más fuertes que se protegen a sí mismos, pero procura licuar las identidades de las regiones más débiles y pobres, haciéndolas más vulnerables y dependientes. De este modo la política se vuelve cada vez más frágil frente a los poderes económicos transnacionales que aplican el “divide y reinarás””.

En la misma línea advierte: “Destrozar la autoestima de alguien es una manera fácil de dominarlo. Detrás de estas tendencias que buscan homogeneizar el mundo, afloran intereses de poder que se benefician del bajo aprecio de sí, al tiempo que, a través de los medios y de las redes se intenta crear una nueva cultura al servicio de los más poderosos. 

Esto es aprovechado por el ventajismo de la especulación financiera y la expoliación, donde los pobres son los que siempre pierden. Por otra parte, ignorar la cultura de un pueblo hace que muchos líderes políticos no logren implementar un proyecto eficiente que pueda ser libremente asumido y sostenido en el tiempo. 

Se olvida que «no existe peor alienación que experimentar que no se tienen raíces, que no se pertenece a nadie. Una tierra será fecunda, un pueblo dará fruto, y podrá engendrar el día de mañana sólo en la medida que genere relaciones de pertenencia entre sus miembros, que cree lazos de integración entre las generaciones y las distintas comunidades que la conforman; y también en la medida que rompa los círculos que aturden los sentidos alejándonos cada vez más los unos de los otros»”.

Cuestiona también la cultura del descarte: “Partes de la humanidad parecen sacrificables en beneficio de una selección que favorece a un sector humano digno de vivir sin límites. En el fondo «no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si “todavía no son útiles” —como los no nacidos—, o si “ya no sirven” —como los ancianos—. 

Nos hemos hecho insensibles a cualquier forma de despilfarro, comenzando por el de los alimentos, que es uno de los más vergonzosos». La falta de hijos, que provoca un envejecimiento de las poblaciones, junto con el abandono de los ancianos a una dolorosa soledad, es un modo sutil de expresar que todo termina con nosotros, que sólo cuentan nuestros intereses individuales. 

Así, «objeto de descarte no es sólo el alimento o los bienes superfluos, sino con frecuencia los mismos seres humanos». Vimos lo que sucedió con las personas mayores en algunos lugares del mundo a causa del
coronavirus. No tenían que morir así. Pero en realidad algo semejante ya había ocurrido a causa de olas de calor y en
otras circunstancias: cruelmente descartados. No advertimos que aislar a los ancianos y abandonarlos a cargo de otros sin un adecuado y cercano acompañamiento de la familia, mutila y empobrece a la misma familia. Además, termina privando a los jóvenes de ese necesario contacto con sus raíces y con una sabiduría que la juventud por sí sola no puede alcanzar”.

Francisco critica los postulados liberales: “El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal. Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente. El neoliberalismo se reproduce a sí mismo sin más, acudiendo al mágico “derrame” o “goteo” —sin nombrarlo— como único camino para resolver los problemas sociales. 

No se advierte que el supuesto derrame no resuelve la inequidad, que es fuente de nuevas formas de violencia que amenazan el tejido social. Por una parte, es imperiosa una política económica activa orientada a «promover una economía que favorezca la diversidad productiva y la creatividad empresarial», para que sea posible acrecentar los puestos de trabajo en lugar de reducirlos. 

La especulación financiera con la ganancia fácil como fin fundamental sigue causando estragos. Por otra parte, «sin formas internas de solidaridad y de confianza recíproca, el mercado no puede cumplir plenamente su propia función económica. Hoy, precisamente esta confianza ha fallado». El fin de la historia no fue tal, y las recetas dogmáticas de la teoría económica imperante mostraron no ser infalibles. 

La fragilidad de los sistemas mundiales frente a las pandemias ha evidenciado que no todo se resuelve con la libertad de mercado y que, además de rehabilitar una sana política que no esté sometida al dictado de las finanzas, «tenemos que volver a llevar la dignidad humana al centro y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales alternativas que necesitamos»”.

Advierte contra el belicismo que “a partir del desarrollo de las armas nucleares, químicas y biológicas, y de las enormes y crecientes posibilidades que brindan las nuevas tecnologías, se dio a la guerra un poder destructivo fuera de control (…) Estas situaciones de violencia van «multiplicándose dolorosamente en muchas regiones del mundo, hasta asumir las formas de la que podría llamar una “tercera guerra mundial en etapas””. 

Ante ello, el pontífice argentino urge “a una reforma “tanto de la Organización de las Naciones Unidas como de la arquitectura económica y financiera internacional, para que se dé una concreción real al concepto de familia de naciones”, de modo que “se evite que se trate de una autoridad cooptada por unos pocos países, y que a su vez impida imposiciones culturales o el menoscabo de las libertades básicas de las naciones más débiles a causa de diferencias ideológicas”.

Sobre la actual crisis a partir de la emergencia del Covid-19, el papa reflexiona que pasada la misma: “Ojalá no nos olvidemos de los ancianos que murieron por falta de respiradores, en parte como resultado de sistemas de salud desmantelados año tras año. Ojalá que tanto dolor no sea inútil, que demos un salto hacia una forma nueva de vida y descubramos definitivamente que nos necesitamos y nos debemos los unos a los otros”.

Dice el papa al comenzar su encíclica: “«Fratelli tutti», escribía san Francisco de Asís para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio. De esos consejos quiero destacar uno donde invita a un amor que va más allá de las barreras de la geografía y del espacio. Allí declara feliz a quien ame al otro «tanto a su hermano cuando está lejos de él como cuando está junto a él». Con estas pocas y sencillas palabras expresó lo esencial de una fraternidad abierta, que permite reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite”.

La encíclica es un documento que recoge el legado del mensaje del papa en este pontificado, un resumen de los varios documentos y pensamientos que ha ido exponiendo en estos siete años. 

El papa firmó la encíclica junto a la tumba del santo en el Convento de San Francisco de Asís. 










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1/13/2018

Los Piolines


Por Alcides Cruz

Al gobierno argentino se le notan los piolines. Un títere despintado por una comedia o relato fantasioso, que no trae la felicidad de nadie. Su fueran niños, las estadísticas actuales indican que el 48% de los menores de 14 son pobres, desnutridos, en el país de la pampa productora de alimentos.

Una persona adulta siente en carne propia el aciago trajinar cuesta arriba, de pagar aumentos de tarifas, de precios, de servicios a cambio de un salario en descenso y de un inconsulto mega endeudamiento nacional que pone el futuro embargado a cien anos. 

El titiritero tiene las múltiples caras conocidas en los escenarios neoliberales, con la presencia estelar del Fondo Monetario Internacional y el coro de calificadoras de riesgo mundial como Standard & Poors, Moody`s mas los bancos extranjeros prestamistas, que manejan los entretelones de la inconmesurable entrega de recursos naturales, con perdida de soberanía e independencia.


Todo el país sabe que esta gobernacion nacional de Mauricio Macri es una ceocracia, donde las diversas corporaciones pusieron sus hombres para traccionar sectorialmente, como es el caso del Ministro de Agroindustria Etchevere, que salio de la presidencia de la Sociedad Rural Argentina a un sillón ministerial, cuestionado por bonificaciones compensatorias y denuncias judiciales por maniobras fraudulentas ante el fisco. 

Este gobierno de voz chillona como los títeres, no deja nada sin estropear, o de alterar o desordenar en la vida de los argentinos. Grita inquieto el libreto de un pasado que se cuela por tercera vez en los últimos 40 anos de vida nacional: el neo liberalismo.

A esta forma vivencial que en el presente vive la Argentina podríamos calificar como ultra neo liberalismo, por la sencilla razón de que su grado de perversidad tiene al mismo tiempo un grado de evolución y perfeccionamiento de la maldad, que ya no trepida en dañar a ancianos, pobres, discapacitados, indígenas y a todo aquello que sea necesario tirar al vacío existencial. 

Son formas de desaparición forzada por vuelos de la muerte social de alta sutileza, planificados al milímetro por los mandantes del gobierno macrista, se puede pensar, que los potentes somníferos inyectados por la cohorte de medios afines, operan en el anestesiamiento masivo de la población, que ve caer al abismo a miles y miles de desocupados o pobres, sin otra reacción de "comprender el ajuste y darle tiempo al verdugo" para termine su obra de destrucción gestionada.

Los títeres de este relato macabro son todos malditos. Tan malditos que no les importa mentir abiertamente, o decir hipocritamente que no va a doler la decapitación de los sectores mas vulnerables e indefensos de la sociedad. 

Los títeres se ríen a carcajadas sonoras del pueblo, que asiste boquiabierto e inerme, a la tragedia de no llegar a fin de mes, de recortar medicamentos porque no los puede comprar, a no poder pagar expensas o ser desalojado del alquiler. Son largas las listas de atropellos a los mínimos derechos a la dignidad de las personas que estos malandras de pantomima, hacen todos los días. 

La anestesia mediatica llega niveles paroxísticos, de tal modo que nadie en su sano juicio puede entender como un presidente puede descansar tres meses en una Argentina atravesada por una crisis de deuda, de déficit fiscal, sin trabajo y con una timba financiera exorbitante, que se lleva 84 dolares de cada 100 que el país pide prestado a los usureros del planeta. 

Tal vez el presidente de la Nación sea el único que sabe en su fuero interno, que esta cumpliendo con la misión encomendada y puede dormir tranquilo en los "paraísos" terrenales de la Patagonia. 
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