Pese al vínculo político entre el partido de la Renovación y el Grupo Zbikoski, que controla el 80% de las líneas de transporte del Gran Posadas, la provincia definió congelar los valores del transporte urbano, en la misma línea que lo impulsado por el gobierno nacional con el precio de los combustibles. En mucho tiempo la Subsecretaría de Transporte tomará una medida contraria a las apetencias del "zorro".
En mucho tiempo.
El sistema integrado de transportes copiado del modelo brasileño de Curitiba, puede ser que sea excelente en Curitiba, pero hasta aqui, en el área metropolitana de Posadas, es un gran argumento para el monopolio, para los condicionamientos al usuario y las ocurrencias de un conjunto de empresas nucleadas alrededor de un paquete de negocios manejas por un grupo empresario que es la correa de transmisión de una sociedad anónima amparada por la política.
Recordamos la figuración del Grupo Z en la lista de aportantes a la campaña de Humberto Schiavoni, por ejemplo.
A simple vista los clientes pueden ver que son rehenes de un modelo creado para rendir a un vórtice empresarial que las quiere todas para si.
Con la SUBE recibe el dinero por adelantado obteniendo una financiación o "pedal" para mover la plata en los mercados. Pese a los reclamos no se plegó al sistema de monedero electrónico de transporte de pasajeros nacional. Permanece en el esquema de SUBE MISIONERO una entente de diseño para que el negocio gire sobre los mismos intereses. Ya en el año 2013 se hablaba de la coexistencia "por un corto período" del boleto electrónico y del tradicional boleto de papel, situación que NO CAMBIO en absoluto sin mayores explicaciones, que la auto conveniencia.
Comienza la temprada veraniega y se reducen las frecuencias, mas de las que ya se habían sido reducidas en función del retaceo de los subsidios nacionales sobre todo, que son los aportes mas significativos ademas de los provinciales y municipales.
No hay competencia en recorridos como los de Posadas - Garupá - Candelaria.
Los cortes de seccion en el caso de Garupá son antojadizos, como ocurre con la de establecer a la Av. de las Américas e Irigoyen como el punto de pago de otro segmento, arrastrando a la linea local 50 a una recaudación extralimitada del boleto para un servicio que deja mucho que desear. Un colectivo cada hora.
En el caso de la ruta 105 o la ruta 12 en la confluencia con la ex Garita, No existe la alternativa de un boleto de trasbordo que evite a los pasajeros tener que ir hasta la Terminal de Transferencia de Miguel Lanús perdiendo media hora de viaje. Para combinar a Santa Inés o Ñu Pora sin pasar por esa obtusa disposición, el cliente debe pagar otro boleto. Ergo se rompe el famoso sistema de interconexión porque el S.I.T está hecho para servirse a sí mismo.
La audiencias publicas son para la risa mas hilarante, porque es un asunto ridículo al no tener vinculación del debate a la decisiones ulteriores. Siempre se hablo a ras del pueblo que algunos concejales adoran ese momento de los supuestos debates sesudos sobre el cuadro tarifario. La "tajada" de sandía desborda de jugosa en la mesa. A la Audiencia Pública, creada por la ley, ya no quiere ir nadie; las quejas se convierten en catarsis, sin que el servicio mejore.
Entre choferes de la empresa existe la vieja anédocta de haber visto a una encumbrada ex concejala de Posadas, pasando a retirar una generosa atención antes de la aprobación de un incremento del pasaje urbano.
Lo que se vivió de denigrante para personas mayores, discapacitados, niños y embarazadas en los cortes de la ruta 12 y Cabo de Hornos, cuando la empresa se negó a trasladar a la gente por el acceso sur, y provocando que la gente camine entre el Mercado Central y después del puente del Arroyo El Zaimán.
Al Grupo Z se le está desarmando el muñeco que solamente funciona por subsidios; siempre conjeturamos sobre esta "cultura" de la cabina de peaje propia de la empresa que les gusta hacer negocios con la plata del Estado, a tal punto de que hayan logrado una extraordinaria expansion mas allá de Misiones, comprando líneas de gran recorrido en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
Siempre se comento el lamentable papel del sindicato UTA que presuntamente baila al compas de la empresa y es funcional a facilitar presiones por aumentos tarifarios; es decir, a medidas de fuerza consensuadas para que tales acciones impacten como una morsa al gobierno provincial o nacional en dominó.
En las redes sociales frecuentemente los pasajeros publican lo mal que viajan en los colectivos del área metropolitana; en los llamados "gusanos" las quejas son por el no funcionamiento del aire acondicionado, asunto que parece no hacer mella en nadie de decisión de la empresa. Como gran gesto de solidaridad empresarial, hoy los colectivos tienen "cortinitas" para atajar el fuego del sol misionero.
El 6 de diciembre de 2014, el portal filo oficialista renovador Misiones On Line afirmaba que el SUBE misionero no tendria ninguna dificultad en asimilarse al SUBE nacional porque estaba el sistema diseñado para encajar perfectamente.
En ese sentido el empresario Marcelo Zbikoski, vice presidente de la empresa Don Casimiro, principal prestataria del transporte urbano de Posadas y del sistema que integra a Garupá y Candelaria con la capital provincial, explicó que la empresa Servicios Urbanos S.A., que fue la encargada de la instrumentación del Sube Misionero, también es proveedora del Sube de Buenos Aires, que es el modelo que se pretende extender a todo el país.
Con la firma del ministro Florencio Randazzo, la resolución dice que la Secretaría de Transporte deberá establecer el cronograma para la implementación de la medida, y que las diferentes jurisdicciones tendrán 180 días desde la firma de un acta-acuerdo para disponer los medios necesarios para la puesta en funcionamiento. El cumplimento de la resolución y los plazos por ella dispuestos será “una condición necesaria para acceder y mantener el derecho a la percepción de los subsidios”. La idea planteaba compatibilizar con los estándares del SUBE la información que brindan sobre cantidad de boletos expedidos (usos), recaudación por la venta de boletos (importes totales en pesos por uso), parque automotor (unidades) y kilometraje recorrido (GPS)”.
El portal de la FATAP publico en agosto de 2017: El SUBE nacional llegaría a Posadas a fin de año. El secretario de Gobierno, Fabián Florentín, confirmó la migración al Sube nacional porque vence el convenio firmado entre el Municipio de Posadas y el Gobierno nacional para incorporarse al cronograma de extensión del sistema y no depender de la tarjeta del Grupo Z.
En marzo de 2015, el Ministerio de Transporte de la Nación había otorgado un plazo de 120 días corridos para que el sistema esté en pleno funcionamiento en la capital provincial.
De hecho, Posadas fue una de las primeras ciudades del interior del país a la que se le exigió migrar hacia el Sube nacional y siempre se dijo la excusa de que había una incompatibilidad de la tecnología de un sistema a otro.
En aquella oportunidad el funcionario Florentín justificaba que se deben dar las condiciones para que se habiliten bocas de expendio más dinámicas (quioscos, agencias, etc.) y que se combinarían ambos sistemas, las gratuidades (jubilados, estudiantes y discapacitados) y otros subsidios especiales. Incluso serviría para abonar el tren internacional.
“Estamos tratando que el proceso de convivencia de ambos sistemas sea automático y no genere incomodidades, pero al principio todos vamos a tener que hacer el trámite para obtenerla”, refirió finalmente el titular de Gobierno municipal.
El 2 de enero de 2018, el portal Reporte Misiones publico bajo el título "El gran negocio del SUBE Misionero y beneficios nacionales que nunca llegan al usuario" un interesante informe:
Mientras que en toda la Argentina se extiende el uso del SUBE Nacional, en Misiones, fundamentalmente Posadas, Garupá y Candelaria los usuarios siguen siendo rehenes de una empresa que domina el mercado y el negocio sin permitir que el sistema adoptado por el país pueda llegar, y en un negocio donde históricamente no han blanqueado los números, con la venia del poder político de turno.
En puntos clave de Buenos Aires, como en otras localidades argentinas, se siguen instalando sistemas automáticos de carga del SUBE Nacional, donde el usuario puede chequear su crédito disponible y efectuar una carga obteniendo un ticket como comprobante. Cabe destacar, que esta tarjeta es utilizable en todos los servicios de transporte público de pasajeros (colectivos, subte, tren), de las ciudades y provincias adheridas, como es el caso de la vecina ciudad de Corrientes.
En contrapartida, en Misiones no se permite la llegada del SUBE Nacional, y tanto los vecinos como los turistas se ven obligados a tener que tramitar el SUBE Misionero o bien pagar en efectivo el precio del boleto notablemente más caro.
Por otra parte, los comprobantes que se emiten en los sumamente escasos puntos de carga NO son válidos como comprobante fiscal, es decir que la empresa que emite el SUBE Misionero (y que tiene estrecha relación con la firma monopólica), no factura de manera directa sus ventas (cargas), siendo nuevamente la falta de control real lo más destacado.
Por ende, tanto los entes encargados de controlar al sistema de transporte público como también los organismos de recaudación (AFIP y DGR), adolecen de un verdadero sistema de registración que imputen cada una de las cargas con precisión.
¿Entonces? Evidentemente, creen en la buena fe de Don Casimiro y las integrantes de la organización Empresarios Unidos del Transporte Automotor (EUTA), que presentan su declaración jurada. Es decir que, mientras cualquier microemprendedor o comerciante si no emite una factura se arriesga a que le clausuren el negocio y lo castiguen con sendas multas, megaempresas como las del transporte urbano escapan a un verdadero contralor fiscal de sus ventas reales.
En clara connivencia con el poder político de turno, la imposibilidad que el SUBE Nacional llegue a Misiones tiene como principal fundamento que a estas empresas locales se les termina el dominio solapado del negocio y, al fin, sus números deberían ser ciento por ciento blanqueados y de conocimiento público.
El portal Infobera publico en marzo de 2018 que la Nación dispuso que sea octubre la fecha límite para que se implemente la tarjeta SUBE Nacional en Misiones a partir de una resolución del entonces Ministerio del Interior y Transporte en 2015 para hacer obligatorio el uso del mismo a fin de controlar los millones que el Estado le otorga en subsidios a las empresas. SUBE asegura transparencia a la asignación de subsidios, ya que el sistema brinda datos precisos sobre cantidad de pasajeros transportados y kilómetros recorridos en base a los cuales se calcula la distribución de fondos nacionales a las diferentes jurisdicciones.
Cabe aclarar que, la obligatoriedad es solo para ciudades con más de 100 mil habitantes, por lo que en la provincia, solo el Gran Posadas debe cumplimentarla. Ya fue rechazado por Nación el sistema actual denominado “Sube Misionero” subsidiado cuantiosamente por las arcas de la Provincia y el boleto electrónico debe integrarse a otras localidades del pais, como Buenos Aires.
En Oberá, se conoció por entonces, que la empresa concesionaria del transporte publico de pasajerosrecibió más de 30 millones de pesos en conceptos de subsidios más adicionales en 2017, lo que equivalen a unos 20 colectivos cero kilómetros pero desde 2016 no renueva la flota y peor aún, el propietario difundió una foto donde se muestra a lado de su adquisición, un deportivo norteamericano cuyo costo ronda los 2 millones de pesos.
El 3 de enero de 2019, el portal Diario 99 informó que las arcas del Estado misionero "amortiguarán" la quita de subsidios de la Nación. En ese sentido, se anunció que Misiones, desde Rentas Generales, aportará 500 millones de pesos anuales para contener así la quita de Nación que provocaría una fuerte suba en los boletos de colectivo y en las facturas de luz. Entonces el ex Gobernador Passalacqua y 19 intendentes firmaron un convenio para subsidiar a través de Rentas el transporte de pasajeros urbano e interurbano. De esta manera se buscó paliar el costo de los pasajes, con el aporte de 50 por ciento del total quitado y una vez firmado ese convenio, la Nación se comprometía a cubrir otro 25 por ciento. Passalacqua aclaró en aquel momento que la provincia NO tenía ninguna obligación de hacer este paliativo. En la reunión estuvieron el ministro de Hacienda Adolfo Safrán y el Subsecretario de Transporte, Puertos, Aeropuertos y Redes de Comunicación, René Kegler.
El 7 de abril de 2019 el diario Primera Edicion publico: "El polémico grupo Z fundó la empresa de la SUBE misionera" corroborando que la firma que explota la tarjeta se creó con dinero del pulpo del transporte.
El domingo 17 de marzo el grupo z publicó una solicitada en otro diario local, donde afirmó que “cuando se habla del servicio SUBE la responsable es la empresa Servicios Urbanos SA” dando a entender que no hay ninguna relación empresaria entre las partes.
Es importante aclarar esta situación a los lectores, la opinión pública y los usuarios del transporte público porque, desde el discurso empresarial, se pretende hacer creer que una firma controla a la otra y que son necesarias para un funcionamiento transparente.
Lo cierto es que debería ser así: una debería controlar a la otra, sin vínculos de ningún tipo, ni actuales ni en el pasado, porque ello solamente abonaría más sospechas sobre el millonario negocio que, día a día, se lleva cientos de miles de pesos del bolsillo de los posadeños.
La relación que tienen las empresas es muy importante en el andamiaje millonario. Servicios Urbanos SA es la firma que vende, cobra por la recarga y administra la tarjeta SUBE misionera. A la vez, es la firma que informa al Gobierno, mediante “declaraciones juradas” cuántos boletos vende y cuánto dinero recauda cada día, cada semana y cada mes el transporte z. Con esas declaraciones, el Gobierno provincial, los municipios y las empresas elaboran el cálculo de cuánto debería costar el boleto para que al concesionario le “cierren los números”.
El exsubsecretario de Transportes del clossismo, Hermes Almirón, admitió que el Gobierno no controlaba los ingresos y se guía por las declaraciones.
Es decir, si la empresa declara muchos boletos vendidos, la lógica indica que el valor de cada pasaje debería ser menor. Y si la empresa declara pocos boletos vendidos, el costo debería ser más alto para cubrir los gastos y tener rentabilidad.
Esta tarea tan importante, que tiene impacto diario en el bolsillo de los posadeños, según indicó en su momento Almirón, no tiene ningún otro control del Estado.
Los gobiernos municipales y el provincial aceptan la declaración de la empresa como verdad y en base a esa declaración calculan los costos del boleto.
Lo normal en esta situación sería que las dos empresas no sean “amigas” ni socias ni hayan tenido nunca un vínculo empresarial o familiar. Cualquier hecho parecido le quitaría transparencia.
Sin embargo, PRIMERA EDICIÓN pudo corroborar que la empresa que explota la tarjeta SUBE fue creada con dinero de las firmas z, de acuerdo a una investigación sobre el origen de la conformación societaria.
Gracias a una denuncia hecha en la Legislatura Provincial en el año 2014, se conoció que “en 2007 inscribieron la empresa Servicios Urbanos SA en el Registro Público de Comercio y en el acta constitutiva, que es un acta de Escribano, consta que quienes fundaron la empresa”, son: Don Casimiro, Tipoka y Nuestra Señora del Rosario.
Quiere decir que estas firmas pusieron el capital inicial para crear “Servicios Urbanos SA”, con el objeto de hacerse cargo de la emisión de tarjetas de boleto electrónico y la colocación de las máquinas expendedoras.
No se puede seguir diciéndole a la gente que no hubo relación entre las dos empresas, una de las cuales supuestamente controlaría a la otra.
En la actualidad se desconoce cuál es la relación, si el grupo z sigue integrando o no Servicios Urbanos. Pero los datos marcan que, desde el principio, no hubo transparencia ni control.
La responsabilidad no es sólo de las empresas, ya que el gobierno de Maurice Closs debió explicar quién contrató a esta firma, por qué no se hizo licitación, informar si pagan impuestos. También se debió instaurar un mecanismo de control que no se base únicamente en las declaraciones de las empresas.
El negocio de la SUBE local
Mientras que en muchos municipios del interior de Misiones y el resto del país se extiende el uso del SUBE Nacional, en esta provincia, fundamentalmente Posadas, Garupá y Candelaria; los usuarios siguen siendo rehenes de una empresa que domina el mercado y el negocio, sin permitir que el sistema adoptado por el país pueda llegar.
Para colmo, hay muchos beneficios que permite el SUBE Nacional que los pasajeros del área metropolitana no pueden recibir porque nadie obliga al SITM a cambiar el sistema.
Se impuso hace varios años una tarjeta “a la misionera” que nadie controla. A pesar del sistema electrónico, no tienen controlador fiscal de los organismos de recaudación.
En Posadas, el poder z impuso su propia tarjeta. No se permite la llegada del SUBE Nacional y, tanto los vecinos como los turistas, se ven obligados a tener que tramitar el SUBE Misionero o bien pagar en efectivo el precio del boleto notablemente más caro. También hay dudas acerca de si los comprobantes que se emiten en los escasos puntos de carga son o no válidos como comprobante fiscal.
Beneficios de la SUBE Nacional
Dentro de los beneficios vigentes para la tarjeta SUBE Federal se encuentra la Tarifa Social aplicada con ANSeS, y se accede de manera rápida a descuentos especiales en comercios, al abonar peajes, entre otros.
Pueden pedirla los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y Asignación por Embarazo; Becas Progresar; Hacemos Futuro (Argentina Trabaja y Ellas Hacen); Monotributo social; jubilaciones y pensiones; pensión Universal para el Adulto Mayor; pensiones no contributivas por discapacidad; pensiones no contributivas madre de 7 hijos; pensión Honorífica de Veteranos de Guerra del Atlántico Sur; personal de servicio doméstico. Todo estos tienen un 55% de descuento en siete provincias.
En las ciudades de Posadas, Garupá y Candelaria estos descuentos extra no existen.
El Poder Z
Misiones tiene un millón cien mil habitantes según el censo 2010, y casi la mitad de la población vive en las ciudades de Posadas, Garupá y Candelaria, que suman unas 400 mil personas. El único servicio de colectivos urbanos e interurbanos con el que cuenta esta parte de la provincia depende de empresas que aglutinaron las frecuencias y líneas (salvo muy poquitas) en los últimos años.
Desde hace muchos años los usuarios se quejan sin ser escuchados por el Gobierno, por el abusivo sistema de transporte urbano metropolitano que padecen estas tres ciudades con el absoluto silencio de los funcionarios de turno que fueron cediéndole cada vez más poder al grupo z.
Empresa sin control
Almirón hace años atrás, fue citado a la Legislatura y aseguró que “no conocía el origen de la conformación de la empresa que gestiona la SUBE”. Admitió que no tienen forma de controlar la cantidad de boletos que se venden por mes y deben confiar en la información empresarial. Así, justificó los “boletazos” sin tener información veraz.
El 27/10/19 el diario Primera Edición tituló: Críticas al SUBE Misionero por escasa ganancia. Desde diferentes puntos de recarga remarcaron que deben enfrentar momentos de tensión con los clientes porque el saldo que envía Servicios Urbanos SA, la empresa a cargo, no es suficiente. Por otra parte criticaron a la empresa por la falta de inversiones que podrían solucionar diversos problemas y expandir el servicio para lograr una mayor comodidad de los vendedores y pasajeros.
Un vendedor explicó: “El margen de ganancia que obtengo es del 2,5% sobre cada recarga. Para tener habilitado el saldo debo hacer los depósitos a través de una operación bancaria. Primero se envía la plata a la empresa y luego me aparece el crédito en mi comercio para vender. En mi caso, voy cargando cerca de 30 mil pesos por semana, con ese margen de ganancia del 2,5%, para ganar 2.500 pesos mensualmente necesito comprar saldo por unos 120 mil pesos”.
Al mismo tiempo, agregó: “Uno tiene que comprar los rollos de papel que necesita la máquina expendedora, para imprimir el comprobante que se le da al cliente.
“A veces creo que esa es justamente la idea, uno lo analiza y parece que buscan que haya poco crédito en los comercios para que los pasajeros se vean obligados a pagar el boleto único en efectivo, que es bastante más caro, cuando se cansan de recorrer y no encontrar dónde cargar su tarjeta SUBE”. Así, por cada 10 mil pesos que vendemos nos queda una ganancia neta de 135 pesos (el 1,35%)”, finalizó.
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