9/15/2020

¿Quién condena a Garupá a vivir en el pasado permanente?

¿Por qué Garupá es una localidad que, teniendo la categoría de ciudad, permanece en el pasado con institucionalidad de segunda clase sin Carta Orgánica? 




Hoy en las esferas municipales se sostiene que la demografía alcanzó los (100) cien mil habitantes, producto del afincamiento de anteriores residentes en Posadas, que mediante los planes IPRODHA llegaron a los nuevos barrios, así como los que se desplazaron del campo misionero a las barbas de la capital provincial. No menos importante es la toma de tierras anexos a los negociados que se denunciaron ardorosamente en las redes sociales en el último decenio. Aún en tierras litigiosas irresueltas o vendidas al amparo de influencias variopintas.  

Desde hace mas de veinte años una familia ocupa el trono municipal. La familia Ripoll. La política y su razón de ser, sus vericuetos más inverosímiles son protagonizados en la localidad por el mando de Rául Tito Ripoll, el dirigente peronista que arrancó con el menemismo neoliberal, de carnadura puertista y modos caudillescos. Toda la trama de la historia del final del siglo veinte y lo que va del presente, lo tienen como el eje de lo que se hace y se deshace en Garupá. 

El nepotismo local o provincial No asombra a nadie, por lo que es natural que los entornos de consanguinidad sean una práctica en si misma. 

Tal vez el trasfondo de estancia política explique los modos campechanos de arrear un municipio ante la mirada del poder centralizado en la conducción rovirista, que hasta aquí parece respetar un acuerdo firmado en el agua o algún silencio necesario que sólo silva el viento para ensordecer antiguas complicidades en épocas ramónicas. 

Tantas veces se habló de esa singular faceta; de la inexplicable perdurabilidad de "los Ripoll" al frente de un municipio que desborda de necesidades, al decir del propio Luis Ripoll que se autoreconoce como "un administrador de pobreza".

La culpa de cómo está Garupá es del Estado provincial es la simple tesis que se esgrime a menudo; males en los servicios de energía eléctrica, agua y cloacas, salud, educación, seguridad, calles en mal estado y otras insuficiencias. Mas de veinte años del municipio como una zona gris inexistencial en el mapa territorial configura el Récord Güiness del olvido.

En febrero de 2016 el Municipio de Garupá declaraba por el Decreto 08, la Emergencia en nueve áreas de gestión, endilgando a la naciente administración del ex Gobernador Hugo Passalacqua toda suerte de carencias y convenios incumplidos. Asimismo la retahíla de la coparticipación exigua. En 2016, desde el Poder Ejecutivo municipal se afirmaba que en el distrito se habían conglomerado (60) sesenta mil habitantes. Ahora calculan lo dicho: (100) cien mil. 

Desde entonces, por el pataleo constante, Garupá recibe junto a otros (*) once municipios, un plus de fondos provinciales, de carácter compensatorio al reconocido creciente impacto migratorio. Equivale a un 30% del total de recursos disponibles para repartir como Coparticipación provincial. En el año 2019, la provincia de Misiones recibió $50 MIL millones de Coparticipación Federal. 

(*) San Pedro, El Soberbio, Comandante Andresito, San Pedro, 2 de Mayo, San Vicente, Bernardo de Irigoyen, Garupá, San Antonio, Candelaria, 25 de Mayo

Un reflexión al paso pone en el centro del debate al postergado Censo 2020 como el fiel meridiano para saber la verdad; en las últimas elecciones se contabilizaron 55 mil electores en el municipio, coloncándose presumiblemente en el tercer territorio votante de Misiones. 

Volvemos a preguntar. ¿Por que un municipio como Salto Encantado, que hace poco fue escindido de Aristóbulo del Valle se propone llamar a una Convencional Constituyente - o Dos de Mayo -  y  Garupá No lo puede hacer? 

Si nos remontamos a un reportaje televisivo efectuado al Intendente Luis Ripoll en el 2019, cuando se vivía el fragot de su tercera elección, el jefe municipal confirmaba su total acuerdo con llamar a una Convencional Constituyente para crear la Carta Orgánica pero objetaba que tal empresa, sea onerosa para el erario en materia de honorarios para los convencionales elegidos. 
Por entonces No hubo candidato/a a Intendente que desde el oficialismo o la oposición No prometiera que iba a llamar a tan magna encomienda para poner a Garupá en la modernidad institucional. 

El gobernador de la provincia Oscar Herrera Ahuad saludó con beneplácito el hecho del llamado convencional de Salto Encantado y manifestó su apoyo para plantar una organicidad en el municipio recién nacido. ¿Podrá la administración provincial recomendar también que Garupá se ponga a tono con los requerimientos del presente? 

Otra vez desde las barbas del poder municipal garupaense manifiestan que llamar a una Convencional Constituyente el próximo año en consonancia con los comicios de medio tiempo es un asunto menos urgente que cubrir las demandas salariales de los empleados y contratados públicos locales que superan las setecientas almas. 

Esto supone subyugar lo trascendente a lo urgente para un municipio que vive en emergencia declarada y total hace casi cinco años, constituyendo un hito histórico  de languidez temporal o una enfermedad crónica insalvable. 

La parálisis de organización institucional no se explica por su virtud sino por la ausencia de propósito. Inquiere la realidad saber si la letra de la Ley de Municipalidades es lo suficientemente adecuada para manejar con solvencia a una localidad abrumada de exigencias en materia sanitaria, energética, de seguridad, de salud, de educación, ambiental, epidemiológica, económica y social como asevera el decreto.

¿A quién le conviene que las cosas sigan como están? Una aproximación a un probable acerto es la conveniencia a un poder acostumbrado al poder sin límites.

La política NO puede soslayar lo trascendente para el pueblo.  

Una canción de Joan Manuel Serrat dice que "No es que sea triste la verdad...lo que NO tiene es remedio". Garupá NO puede ser imaginada dentro de una planificación metropolitana sin subsanar su destino de marginalidad en los hechos. 

Esa condenación que ocurrió no se sabe cuándo, en algún pretérito lugar  del espacio - tiempo,  para tornar a la tierra - símbolo del Indio Guaicurari en el patio trasero de Posadas. 

Alcides Cruz



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