Hace poco, El doctor Sai Li, biólogo estructural de la Universidad de Tsinghua de Pekín, fue uno de los primeros que logró captar en fotos muy detalladas la forma puntiaguda del coronavirus y su interacción con las células humanas. Unas imágenes de alta resolución, "átomo por átomo" del peligroso patógeno. Aquí publicamos dos de ellas.
La ciencia médica esta dando pasos agigantados en el conocimiento. De pronto, aparecieron millones y millones de dólares para investigar y descubrir una solución para esta grave pulmonía.
Por otro lado...
La estrategia de abrir y cerrar actividades para cortar las vías de trasmisión y controlar al coronavirus parece ser insuficiente o limitada para detener los estragos de la enfermedad.
Con el coronavirus se puesto en evidencia lo peor de la desigualdad en todo el mundo.
Por una parte, es la peligrosidad del virus propiamente dicho y por la otra, una serie de enfermedades no transmisibles como la diabetes, la hipertensión, obesidad, etc
Estos dos elementos interactúan en un contexto social y ambiental caracterizado por una profunda inequidad social.
El contagio es mucho mayor en comunidades empobrecidas, de la economía informal que no pueden cumplir con las normas de higiene, distancia física y aislamiento social porque tienen la imperiosa necesidad de salir a buscar su subsistencia.
El antropólogo médico estadounidense Merrill Singer en los años 90, acuño el término SINDEMIA (Sinergia + Pandemia) para describir el fenómeno donde coinciden dos o mas enfermedades, que pueden ser físicas, ambientales o sociales. Es una co morbilidad compleja que profundiza más el daño.
Hoy en el mundo se está lidiando con las consecuencias de la enorme desigualdad social previa, que determinan las carencias alimentarias, de vivienda, salud y educación, etc.
Los bajos ingresos,la inseguridad alimentaria, el cambio climático y condiciones de vivienda dificultan cumplir con las recomendaciones sanitarias como lavarse las manos o mantener la distancia social.
La SINDEMIA es la concurrencia de varios factores que potencian el daño a la salud y el bienestar humano.
Entonces, para frenar el coronavirus y otras enfermedades infecciosas socio ambientales hay que modificar universalmente la calidad de vida de las personas. Una abordaje farmacéutico de las enfermedades se queda solamente en la frontera de los negocios de los laboratorios multinacionales.
Hay que crear políticas públicas para contrarrestar y remediar la profunda desigualdad.
La mejor vacuna es la justicia social distributiva y sobre ello, el peronismo tiene muchas soluciones para aportar.
Alcides Cruz
* Basado en una editorial Richard Horton, editor jefe de la prestigiosa revista científica The Lancet.
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