10/14/2021

Planes sociales. Nadie quiere soltar el queso pero las arcas del Estado No dan más.

"Sin pan y sin trabajo" - Ernesto de la Cárcova - Museo Nacional de Bellas Artes - Buenos Aires, Argentina. 


Una de las criticas más comunes que tienen las organizaciones sociales es la portación de subsidios del Estado Nacional en sus conglomerados. Los tiempos políticos y económicos han cambiado rotundamente en la pandemia. Hasta el Papa Francisco recomendó cambiar de perspectiva ya que no se puede vivir de subsidios toda la vida. 

En los últimos diez años, el empresariado argentino, también se ha vuelto planero, porque No quiere que el Estado nacional le cobre nada. Unos cuantos ricos de los mas ricos hicieron juicios por NO pagar un único aporte extraordinario a las arcas fiscales votado por ley.  Ese empresariado NO creo empleo genuino, pero si aprovechó las ventajas del reciente neo liberalismo macrista para fugarse los "aportes de campaña" por 44 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional. 

Está en ciernes un proyecto de financiar el costo empresarial de tomar gente en blanco por un año sin derecho al pataleo si la echan después. 

El único que creo trabajo precario fue el Estado nacional derramando el "cuerno del infortunio" sobre todas las provincias, cuyos gobiernos tampoco promovieron el trabajo local. Siempre como perros que miran la mesa, esperaron las migas caídas de Buenos Aires. 

LAS SECUELAS DEL MENEMISMO - NEO LIBERALISMO ETAPA II

Nacidas en la intemperie económica del segundo ciclo neo liberal ejercido por el "menemismo" en la Argentina, las organizaciones sociales hoy superan con creces a todo el universo laboral sindicalizado.

Las corrientes crecieron con la desocupación y el hambre que provocaron las políticas de endeudamiento, vaciamiento nacional a los factores económicos locales y extranjeros. Son la secuela de los políticos corruptos de la peor corrupción: la entrega del país.

Al amparo de comedores comunitarios, la formación de cooperativas de servicios para la obra pública en cientos de municipios, tareas de cuidado, etc. éstas fueron aquilatando su presencia en la realidad argentina. 

Su  "empleador sublimado" es el propio Estado que derrama fondos para contener la caída brutal de las fuentes genuinas de trabajo, para frenar el conflicto ya expresado en el 2001 con los saqueos y regular la endeble paz social. 

POTENCIAR EL CLIENTELISMO.

El plan "Potenciar Trabajo" representa casi 5 mil millones de pesos mensuales, que se distribuyen entre el Evita, la CCC, Barrios de Pie y otras organizaciones. El Evita administra entre un 30 y un 40 por ciento de los planes, según la fuente consultada. Son casi 600 mil planes los que están distribuidos a lo largo y ancho del país. Y no pararon de crecer. 

Hoy el Estado - o sus intérpretes en el poder - intenta transferir ese mecenazgo de la pobreza a la empresa privada, dándole a ésta, toda clase de incentivos, como señalé antes. 

De por si hay que imaginar que los planes sociales "son magros sueldos por desempleo formal".  Sin embargo la ayuda estatal para muchos - especialmente para los que tienen trabajo - no es más que un oneroso parche del clientelismo proselitista. De esa visión, nació el peyorativo de “planero”, uno de los insultos más frecuentes que se escucha en el eco de la grieta.

(Los que critican a los planeros (los radicales y sus socios macristas) rara vez ponen en la mesa el cierre de 26 mil empresas durante el gobierno de Macri y de 20 mil durante la presente pandemia en la Argentina). 

MASSA. CONSTRUYENDO UN PUENTE SOBRE ARENA MOVEDIZA.

De fondo tenemos una pérdida de la cultura del trabajo en sectores que fueron modelados desde la escuela para la dependencia laboral; la equivocada interpretación de que el subsidio "es un salario"  y por otra parte asistimos  a la reconfiguración del cuentapropismo al cual, le resultará difícil la adaptación a la obediencia de un patrón. 

El diseño del proyecto de ley llamado con el bonito nombre de "Un puente al empleo" desabriga a muchos sectores en su pretensión de hacerlo calzar en esquemas predigitados como la construcción o la gastronomía. 

La teoría neo liberal del derrame productivo está vivita y coleando. Es fácil ubicar a la construcción como la madre de la industrias. Cualquier político argumenta con ese perogrullo.

Pero aquí tenemos el descarte transversal de múltiples perfiles laborales y sociales. No se puede partir del capital privado cuya mayor predisposición al riesgo es pescar en la pecera. Ya lo afirme al principio de la nota. Los empresarios argentinos prefieren la timba financiera hace mucho tiempo. 

SABIDURÍA POPULAR HASTA QUE NAZCA OTRO NÉSTOR. 

Así como la crisis económica fue sembrada y cultivada con ahínco por una pléyade de sabiondos economistas - que ven la realidad del país desde la vereda de los cobradores - es necesario que los desplazados del sistema puedan ingresar a la reconversión como unidades protegidas e independientes. 

No debe perderse el principio de autonomía asimilado por numerosos trabajadores que - la fea cara de hereje de la miseria - tuvieron que inventarse un trabajo. 

El Estado No está identificando que en el marasmo laboral en negro tiene un semillero de emprendedores con más sapiencia práctica que el más mentado de los elucubradores de políticas de laboratorio. 

Entonces lo que se debe hacer es práctico. Subsidiar directamente a los emprendedores de toda clase de servicios o productos, y no solamente visualizar a los laborantes obreros uniformizados. No todos los que están afuera del mapa son albañiles o panaderos. 

Hay trabajadores desencajados por la edad, navegando en el limbo de la prematura vejez declarada por el mercado a los 45 años.  Son personas con estudios terciarios, universitarios, con experiencia, que no se van a reconvertir en oficios o profesiones basada en el músculo. También hay novatos que necesitan su primer empleo y que viven de gira curricular por los avisos clasificados. 

Un diseñador gráfico, un periodista como yo, un gestor, una peluquera, etc. que precisan un respaldo subsidiado para comprar o actualizar el equipamiento y alquilar un un local. ¿Por que no? 

¿El Estado no podría acaso subsidiar a riesgo futuro, a fondo perdido, a un emprendedor que quiere abrirse camino? El Estado bobo tiene la ocurrencia de bancar, perdonar deudas y liberar de sanciones a pymes únicamente? ¿Y si sale mal la jugada de apostar a los mismos de siempre?
 
(Para éstos emprendedores perdidos en la noche, no hay promoción ni incentivos municipales ni ley protectiva de alquileres por ejemplo. Hete aqui un real ejemplo de que "la vieja política" parte del concepto del ego pudiente o del impulso al que ya tiene capacidad de inversión. Es el Estado - municipal, provincial o nacional, que se prepara de antemano para clavarle los dientes en la yugular a lo que tenga signos de vida. 

LA GATA FLORA CLASE MEDIA ("Si se la ponen grita, si se la sacan llora")

Lo que no ven las clases medias en su miopía aporofófica es la amortiguación que producen esos subsidios para evitar que los salidos del sistema, NO surjan desde el fondo subterráneo de la miseria para arrancarles los picaportes de sus puertas. 

La clase media aporofóbica quiere que un desocupado o excluido llore deprimido en la cocina de su casa con la heladera vacía, pero que No le corte la ruta o la calle con su desgracia. El que tiene un medio de subsistencia No concibe al otro fuera de su círculo de intercambio. 

Sin embargo no es menos cierto que el poder político creciente de tales organizaciones se nutre de los fondos del Estado o de todos los argentinos. Ese flanco es el observado críticamente por los otros laborantes que NO alcanzan a comprender cómo o de qué viven aquellos que cortan calles y rutas por horas, amparados en estandartes variopintos.

"Si no produce No consume" es la lógica imperante. La perversidad se ha sedimentado en nuestra sociedad con el sello de los medios de comunicación, donde operadores de prensa imaginan una pobreza estereotipada. 

El populismo es presentado como un régimen que le saca a los que trabajan para darles a los que no trabajan. Según ello, extrae recursos de los que  trabajan y se los da a los parásitos. Y en la volteada también caen los políticos. Creen que les pagan a "los políticos" que no devuelven con su trabajo esos ingresos que reciben. La semilla del odio de clases prospera infinitamente en esa inconciencia social. 

Es tan contradictorio todo,  que el crudo egoísmo se ablanda cuando los pobres cobran su plan social y consumen en el maxikiosco cuyo dueño los vitupera las 24 horas. 

LOS ZOMBIES SOCIALES.

Me permito este ensayo de ciencia ficción económica para describir una factible erupción de los zombies sociales (que No son otra cosa que los descartados de la vida misma) sino se absorbe adecuadamente esa masa caída del sistema. 

Hoy las organizaciones sociales  son una fuerza que se balancea en una cuerda muy floja. En su propio cuerpo germina el desequilibrio con el gobierno al que condicionan. Inclusive se permiten cierta desobediencia de los lineamientos políticos, redondeando la contradicción de "morder la mano de quien le da de comer". 

Sobre todo cuando funden su origen en la demanda social con la disputa de poder partidocrático. 

De algún modo, a la degeneración productiva, la inadecuación de los sindicatos en el tiempo, y la falta de conducción política le creció un hijo díscolo, muy inteligente pero prebendario, sin solución de continuidad. 

Las organizaciones sociales son reconocidas con la ocupación de carteras del Estado. Carteras en el verdadero sentido de la palabra. 

Los preceptos ideológicos son licuados en el pragmatismo existencial de millones de afiliados visibilizados como una masa reclamante, en permanente urgencia y con intereses diversificados en tensión política entre pares.   

Las organizaciones sociales se han perfeccionado como instrumentos de crisis, su musculatura se agiganta cuando los trabajadores caen como moscas del sistema. Canalizar un salvataje del Estado Nacional con los individuos en desgracia, es el numen que las multiplica. 

Administran una subclase de "empleo" precario al tiempo que potencian la latencia circular de otra dependencia subyacente. La de someter a quienes reciben ayuda, a los antojos del punterismo enmascarado. 

ESTADO DE SITUACIÓN.  DIAGNÓSTICO DE LA INTEMPERIE. 

Entonces el Estado Nacional es el bobo. El gobierno con identidad popular le da los recursos a quienes en cualquier cambio de vías, descarrilan y se vuelven incómodos adversarios.

Ya se vió en la reciente historia  de como un movimiento social incubado políticamente por el kirchnerismo se dió vuelta favoreciendo el fracaso electoral de su mentor en el año 2015. La fábula del escorpión y la rana. 

Su fuente de alimentación son las arcas fiscales y No están obligadas a un giro virtuoso de la llamada economía social. La auto sustentabilidad de los emprendimientos es insuficiente aún  y muchos quedan en el camino.

Puede haber pequeños circuitos de comercio de baja escala, donde se prolonga la informalidad pero el Estado No reabsorbe lo que da como auxilio de contingencia. El vuelco de dinero en forma de subsidios para impactar en el consumo, es una medida relativa. El recupero por IVA y Ganancias, es una resultante parcial.

Los mismos ciudadanos subsidiados quieren tener un empleo formal y hasta rechazan por dignidad el magro sustento de un plan.   Es mentira que NO  quieran trabajar dignamente. 

El Estado Nacional tiene que tomar las riendas de los múltiples subsidios, de cuyos registros puede valerse de inmediato.  Como principal empleador el Estado tiene que corregirse a sí mismo. 

En la realidad de todos los días hay violaciones flagrantes a los derechos laborales de miles  de trabajadores bajo el esquema de los contratos basura del Estado o de los contratos de laborantes "independientes" que facturan por fuera de los convenios colectivos de trabajo. En la mayoría de los casos con valoración remunerativa a la baja. Inclusive por debajo del Minimo, Vital y Móvil. 

Por eso...

Hay que crear la figura del Monotributo Laboral ( distinto al Monotributo Fiscal) como instrumento de relación pautada con el empleador , de modo tal que se certifique a la parte más débil,  la relación de los meses o años de servicio que se dejan descontemplados bajo la inexistencia de una relación laboral. 

Ya se sabe que lo único que le interesa al que da trabajo es el usufructo de la capacidad intelectual o física de quien se presta a su mandato. 

Debe ser la persona humana sujeta de derecho la poseedora de una registración integral como monotributista social y ser sueña de la habilitación laboral para ofrecerse e integrarse a cualquier organización de servicio o producción cooperativa, liberándola de la obediencia debida que suele aplicarse como mecanismo de sujeción de su voluntad política. 

Dicho futbolísticamente, la persona subsidiada debe ser "dueña del pase" y elegir el equipo en el que quiera jugar. 

El Estado tiene todas las herramientas informáticas para categorizar las ramas y actividades laborales de cada argentino subsidiado, realizando un seguimiento punto a punto de todos los tenedores de planes, su integración al sistema y su evolución per cápita. 

De eso modo se rompe con un modelo impuesto por las organizaciones sociales, que cayó en el vicio del diezmo interno, la sobrefacturación de materiales, la obligación a concurrir a marchas y la licuación arenosa de fondos públicos. 

Cada hombre y mujer argentino, sujeto de derechos e inclusión social, debe ser convocado a trabajar en el marco de las equivalencias homologadas por los convenios colectivos de trabajo. Ni mas ni menos. 

Cada prestación laboral individual por subsidio debe equivaler al costo por carga horaria de servicio o producción y No una manipulación a destajo. 

En el caso de las asociaciones cooperativas, el subsidio debe integrarse a la capitalización de la misma, preservando al cooperante, al darle la posibilidad de entrar y salir de las mismas con su aporte. 

No hay dudas que se debe revisar la inconsistencia política de los subsidios entregados a manos llenas a las organizaciones sociales, que en principio deben ser miradas por su real protagonismo en rincones donde el Elefante no entra ni llega. 

Está demostrado.  

Nadie se opondrá a ayudar al prójimo que necesita un subsidio del Estado para sostenerse, en la medida que esa carga social NO se vuelva un pelotazo en contra. Otra vez...futbolísticamente hablando.

Alcides Cruz











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