Frente de Todos en Misiones. No los une el amor sino el espanto.

Cristina. La única razón de ser del peronismo kirchnerista en Misiones

Con sigilo, como caminando en el abismo de la desconfianza mutua, los dirigentes del Frente de Todos concretaron una reunión después de largos meses de falta de ánimo y razón para existir como la esfera que supone la idea de unidad. El título borgiano lo define.  

No los une el amor sino el espanto que asoma por la derecha. El TODO en el que No están todos No se entiende. Menos en Misiones. Solamente los une el eventual clamor por Cristina Kirchner.

(Ni siquiera se intenta plantear la hipótesis de que la Vice presidenta No sea candidata a Presidente en el marco del fragoteo judicial que la acosa)

Desde la superchería o la superstición política algunos quieren llevarse a Cristina como estampita sobrenatural para su propiedad privada. 

La identidad imantada por un llamado pan peronismo kirchnerista, tiene más heridas que restañar aunque se haya apelado a un mensaje de fusionar las coincidencias. Sin embargo las diferencias son tan gruesas que las cicatrices lábiles se tornan indisimulables. 

La proximidad, seis meses vista, de las elecciones provinciales movilizó a quienes son referentes partidarios y de organizaciones sociales a poner en perspectiva un imaginario de futuro para las contiendas territoriales con el enemigo común encarnado por el poliedro macrista o las derechas sublimadas.

Se partió de la percepción de la derrota en el diagnóstico, si las cosas siguen como en el presente. Sin programática provincial, sin un bloque frentetodista en la Cámara de Representantes que dinamice un sentido de pertenencia común, el afuera ve una bolsa de gatos.

El reproche a flor de labios, el hartazgo por acusaciones banales, la soledad individual de cuatro diputados provinciales divididos y arrinconados, sin capacidad expansiva territorial, es el panorama, salvo de aquel único que cuenta con los recursos nacionales e influye sobre la economía y productividad social. 

En el Frente de Todos la excepcionalidad es la regla. Las bifurcaciones del voluntarismo No consiguen un camino a seguir ni una playa para amarrar la única pasión que lo religa: Cristina Kirchner. 

El Frente de Todos de Misiones tiene una inteligencia natural, genéticamente buena para los nobles ideales populares. Hay una música interior que suena desafinada, están los ejecutantes y los instrumentos. No hay orquesta. 

Los egos dinamitan el consenso. Un gas venenoso que no se huele pero adormece y mata los mejores sueños. La perdición siempre usa el camino de la intemperie ególatra. Los compañeros/as valiosos son soterrados por el poroteo. La valoración por la cantidad antes que la calidad expone la flaqueza. 

El mismo minué suena de fondo. Las mismas caras. En la mesa se desparrama un rompecabezas de ambiciones personalistas, de cúpula y hasta de sellos de goma.  

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El escenario político de Misiones deja ver las caretas de clownes de la derecha, fomentados por el oficialismo renovador.  Milei tiene por lo menos dos colectores aprobados; del radicalismo soft, del progresismo urbano albertista, del peronismo desteñido se pueden ver representaciones solventadas por esa versión criolla de sultanato esbirro. 

La Renovación misionerista sufre hoy las consecuencias de su propia prédica. Le creció la derecha a los costados. De ese lenguaje exclusivista se alimenta la derecha que los preocupa. Su bulimia de poder vomita derechas por todas partes.

Como consecuencia, sufre la desnutrición cívica que cultiva a diario, mediante vectores de dominación o manipulación, que hablan de una provincia existente en el diseño gráfico, pero que su realidad dista de ser congruente con las necesidades trabajo, salud, educación. 

La Renovación tiene urticaria con la auto crítica. A dos décadas en la cumbre No se reconoce con defectos, solo con virtudes. La discursiva de los dirigentes oficialistas giran en redondo con la visión tecnocrática, la disrupción virtual, la tasación bursátil del medio ambiente, lenguajes robotizados. Un mundo hecho a la medida mental de Tinis y Emilias. 

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Hay signos y síntomas que atañen a todos los partidos y banderías. 

La práctica política parece No registrar el cansancio moral del pueblo con los políticos; la mirada de quienes habitan a ras del suelo sobre aquellos que se sitúan en el cielo del Olimpo es cada vez más esquiva; la repitencia del desasosiego de los ciudadanos comunes radica en el fracaso de la esperanza depositada con el voto. La desilusión cunde. Probado está en el aumento de la ausencia o del sufragio en blanco o en la búsqueda a tontas y locas de salvadores oportunistas. 

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Un poco de revisionismo. 

La relación del kirchnerismo original con la Renovación quedo tildada en el tiempo; hace 20 años el kirchnerismo le dió el anclaje al rovirato - la transversalidad - para desplazar del poder a Ramón Puerta. Esa relación se resquebrajó con el triunfo del Obispo Piña que taponó el anhelo reeleccionario de Carlos Rovira, aunque él, ingenioso, trasladó a la Legislatura su vértice de poder. 

Lo que vino después son meras acordadas sujetas a ambiciones personalistas, sobre las que se recurre en la proximidad de cada elección. Hay personeros de pejotismo meretrizado que giran en torno al mismo argumento de entrega de las banderas partidarias a los arbitrios del poder omnímodo de la provincia. El Partido Justicialista de Misiones da lástima. 

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Hay dentro del espacio kirchnerista actores similares que - eligiendo el camino más fácil - negocian su representación partidaria u organizacional, a cambio de contratos en el Estado provincial. Y no se les cae la cara de vergüenza porque en realidad portan una máscara. 

Espacios emergentes sueñan con ser tentados por la Renovación. De otro modo, presumen, recorrerán el corto sendero del olvido. Prima el consabido tema de los recursos proselitistas es un hueso duro de roer, en una provincia llena de necesidades aunque se diga lo contrario. 

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He escrito sobre la incomprensión del Poder central en Buenos Aires de la realidad de Misiones. El No entender que esta provincia es un caso aparte en la política.  Que su abordaje es equivocado, en tanto que se deja al "laissez faire...laissez passer" de la Renovación en el uso de los recursos que vienen del erario nacional sin la mediación de los genuinos representantes de la Casa Rosada en la tierra colorada.

Lo que fue el pacto Néstor Kirchner - Carlos Rovira ya no existe más. En todo caso, si subsistiera aquel acuerdo histórico, sería "in memorian", solo sostenible en el presente, por sujetos que se cuelgan de la mortaja. 

Dicho esto, No habrá ninguna posibilidad de construir una propuesta independiente del poder renovador, si los dirigentes máximos apoltronados en Buenos Aires siguen bailando al compás del "misionerismo"; los funcionarios nacionales deben actuar en consecuencia, dando al "César lo que es del César" en las estrictas relaciones institucionales Nación - Provincia, pero comprendiendo de una vez y para siempre que los fondos destinados a la "creación de territorialidad política" deben pasar por las manos de los referentes auténticos. No de los paracaidistas rosqueados por el Gobernador para ocupar las delegaciones de la Nación en Misiones. 

Hete aquí que organismos claves como Vialidad, Desarrollo Social, Trabajo, etc. son ocupados por afinidades locales de la Renovación. Apenas un puñado de organismos nacionales quedaron en manos de los referentes del kirchnerismo: Anses, Pami, Migraciones y pará de contar. 

En este tiempo también en Misiones la fuerzas naturales del kirchnerismo padecen el ostracismo de esa malísima estrategia proclamada por Alberto Fernández de pretender una horizontalidad en la gestión con los gobernadores. Son pocos los que en realidad pondrán el hombro a la hora de la verdad. 

Hoy los gobiernos provinciales son como plantas epífitas del gobierno nacional.  

Si la idea es repetir aquel acuerdo Néstor Kirchner - Carlos Rovira donde el pingüino compró el menú hecho en la rotisería electoral del Partido de la Concordia Social, es sano y legítimo pedir a los capitostes nacionales, que No hagan perder un solo minuto más a los militantes  misioneros que quieren vivir otra historia. La de un peronismo -kirchnerismo más genuino gobernando la provincia de Misiones. 

El filo kirchnerismo de Misiones se lamenta No tener un candidata/o a Gobernador. Reniega  del tiempo perdido en desgarros intestinos. Tampoco tiene por seguro que la denominación "Frente de Todos" le quede entremanos, dado el avance (o entrega) del PJ a los mismos inquilinos disfrazados de peronistas.

Un golpe de gracia sería que la Renovación se quede con representación nominal del Frente de Todos y la cúpula dirigencial del kirchnerismo sea aislada de toda competencia. 

La sequía política, el cabildeo de unos, la exclusión de otros, la ausencia de las bases en el debate, la inexistencia de una agenda programática provincial, el reduccionismo meramente electoralista, la vergüenza reconocida de la ausencia un interbloque por mezquindades insuperadas son, entre otras, las heridas abiertas que debilitan al pan peronismo kirchnerista en Misiones.

Aún así, desarrapados, algunos reconocidos dirigentes quieren "armar las listas" contra los molinos de viento. 

Un frente político sin sostenibilidad y respeto de la iniciativa local por parte de Buenos Aires se volvería una utopía quijotesca. Aquella ganancia posicional del 2019 No ha sido capitalizada por una mesa de conducción unificada. Ahora todo es urgentemente tarde para lágrimas. Para peor, hay una sensación de disolución del Frente de Todos a nivel nacional y eso afectará a las terminales territoriales en el país completo. 

Para terminar, viene a mi mente la frase de un encumbrado dirigente "paysano", en respuesta al postulado de conseguir intendencias y concejales como objetivo básico. 

¿Para qué? ¿Para que después se vendan a la Renovación?...!

Alcides Cruz