Miryan Bregman es una buena candidata de la izquierda. Está todo tan corrido a la derecha que la candidata socialista parecía peronista. Las categorías de izquierda o de derecha pueden ser viejas pero ayudan a explicar en qué palo del gallinero se coloca cada uno.
Los cinco contendientes estaban tiesos, sobre coucheados de modo tal que sugerían con los atriles delante, una fila de bolos de bowling.
Massa embadurnado de maquilaje, Bullrich elegantemente vestida como una promotora de un stand de la Argentina en la Rural; Bregman remitiendo al verde de "Ni una menos"; Milei escondido tras las gafas y debajo de su peluca con reminiscencias de Benny Gil en la sonrisa sarcástica; Schiaretti como un tío cordobés de la Carlota que puede explicar un día entero el secreto de los salamines picado fino.ar
Para los del PRO referir al kirchnerismo cada dos pasos es una necesidad imperiosa como el agua para el pez. Como nunca la Bullrich está cerca de su sueño de exterminar al peronismo y la versión kirchnerista le viene justa. Probó de todo. Desde hacerse montonera, rebozarse en la Alianza, fusionarse en el macrismo y ésta es la última oportunidad que le queda antes de pasas a los cuarteles de invierno.
Patricia Bullrich explicando oscurece todo lo que toca. Sin dudas es buena para los chicotazos improvisados. Entrecorta las frases con un singular timbre vocal de chico de barrio pidiendo doscientos pesos de dulce de batata en el almacén: Massa!...Juuu...etc
Milei parecía tener un holter con picana en los tobillos. Cada vez que inflaba el saco para empavonarse alguien le hacia click para se calle y sonría. Un detalle no menor fue el pulimento de los "o sea" y los "digo" en su oratoria. Menudo trabajo.
Massa trabajó el debate de contragolpe y revistió de menemista vintage a Schiaretti. Lo mismo hizo Bregman con Milei cuando le recordó al devastador Domingo Felipe Cavallo.
Lo que estaba en el escenario del Forum santiagueño era un resumen de los años de la dictadura a esta parte: Milei, ex asesor del General rabioso Domingo Bussi; Schiaretti ex empleado de Franco Macri en la Sevel de Brasil; Bullrich ex pseudo montonera al servicio del régimen; Massa ex afiliado de la UCEDE y devenido en peronista ad hoc. Ni Bregman se salva de su trasfondo militante financiado por capitales ingleses y norteamericanos. Va de suyo que existe una suerte de auto censura en el periodismo nacional y popular de nombrar a Massa en otro portfolio dado el mandato de verticalidad al mal menor.
Bregman mencionó la nacionalización del comercio exterior, y trajo inmediato recuerdo de aquél exitoso IAPI aplicado por el General Perón.
Massa hablo de una nueva política monetaria alrededor del dinero electrónico en línea a lo que hoy se predica a nivel de los popes mundiales para un gobierno planetario de la identidad digital como parte de la agenda de Davos y los objetivos 2030. La moneda digital global planificada es supranacional y No regulada por los bancos centrales. ( Suena parecido a lo que quiere Milei, No?) El FMI seguro que tomó nota con alegría porque será uno de los ejecutores principales. (*Ojalá se trate de solo una criptomoneda argenta antiinflacionaria)
Según la encuesta post debate de la Consultora Circuitos la sensación que dejó la confrontación televisiva fue negativa en casi un 48% y fue ganada por Massa seguido por Milei, Bullrich, Bregman y Schiaretti. El opinativo redondeó una mayoría de mujeres sobre los hombres (53 a 47); preponderancia de 25 a 39 años (31% de los encuestados) y con secundario completo el 42,5%.
Los diarios de la claqué periodística de la derecha vernácula trataron de amortiguar la pobre perfomance de su candidata arquetipo Patricia Bullrich, quejosos de que no aprovechó el plato fuerte servido en bandeja con el caso la modelo cazabobos que encandiló al renunciado Martín Insaurralde.
Otro análisis de la Consultora CEOP de Tito Backman nos aspaventa de que Javier Milei es preferido por los hombres, y en especial por los adolescentes tipo "tomates pintones". Que Massa es un sujeto votable promedio entre ambos géneros y que Patricia Bullrich No tiene la preferencia de los más jóvenes ( apenas un 11%) pero sí de los más veteranos que mastican bronca.
Hasta aquí el debate ha sido un aporte a la confusión general. La Argentina elige entre tres modelos hacia adentro. Preocupa el hacia afuera. El 8 cerramos la mesa. La luz sigue prendida.
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