4/18/2024

El reseteo de la memoria. Una aporte para entender porque perdimos.






Hay un nuevo fenómeno. La historia inmediata y en contraste con el futuro inmediato. Enlazando ambas puntas el tiempo. El pasado es el día de ayer. No hace mucho. Ayer nomás.

Estamos viviendo con la urgencia refilando los talones de nuestra existencia que no alcanza a vislumbrar el mañana. El futuro ya llegó cuando bajamos al presente.  A dos pasos el futuro devora y desecha los sueños.

La locura que vivencia la Argentina deviene de la NO asimilación del ayer y el acortamiento de la proyección del porvenir. 

La transferencia generacional colapsó. En un lugar de la elipsis democrática que se reinició en 1983 se colmó. Se paralizó. 

Las tradiciones han quedado descalzadas. Las pausas NO tienen sentido. Detenerse a pensar es perder tiempo. Hay una simultaneidad que nos empuja a los zarpazos. 

Sorprende la hondura de los problemas y la correntada inesperada.

En nuestro país se rompió el tubo de ensayo. Un presidente enajenado hace de nuestra sociedad un experimento de las teorías mal aprendidas. Es prueba y descarte. Desalmada. 

Va como aprendiz de brujo tirando cosas al fuego. Si hierve o explota no significa nada. Es parte del experimento. Pase el que sigue. 

Las tradiciones sindicales, sociales, culturales y el tejido social que las sostiene entraron en crisis. La dinámica las destruye, destiñe, desarma tan pronto como se las usa como un recurso probado y comprobado. 

No funcionan los paros, las movilizaciones, las marchas, los cacerolazos, los apagones, los piquetes, los memes. Los foros virtuales y las descargas en las redes son drenajes del desconcierto y catarsis en los muros de Internet. 

Es interesante ver como los canales y sus voceros estrellas se asombran cuando salen a preguntar a la calle sobre los efectos de lo que ellos mismos provocaron incentivando la llegada de la ignominia al poder. Un despliegue de hipocresía sin sutilezas. Descarnado. 

Otro detalle es la erupción de un Poder trasnacionalizado que No reconoce a poderes autóctonos de modo tal, que las identidades o afinidades presuntas con ideas de libertad absoluta de mercados, registran que No pertenecen a un esquema predicado como "primer mundo". 

Lo bueno quizá es la terminación de una fábula asumida como verdadera pero que pertenece a la cultura empresarial que No es propia. Auto percibirse como parte del sistema multinacional siendo una matriz empresarial argentina No es culpa del espejo sino de quien se mira fuera de sí. 

La identidad nacional siempre fue el oxímoron de la tan añorada burguesía criolla. Los negocios No tienen Patria dicen para zafar y comerse la mentira autoimpuesta. 

Desde afuera, los mentores, patrocinadores del Frankestein, miran, anotan, dejan que los vapores y las burbujas hirvientes pasen por las tuberías de enfriamiento. Quieren cerciorarse si al final gotea agua o sangre. 

No pueden creer que un profesor "Neurus" argentino mezcle todo a ojo, desproporcionado y sin reglas de compensación entre ácidos y alcalinos. Es a todo o nada. 

Las dirigencias colisionan dentro de su propio campo de acción; las fuerzas implosionan. Las debilidades están más expuestas. Antes pasaba todo y por lo menos "quedaban los artistas". Ahora ya no. Lo que se rompe, se extingue. 

Los peronistas que se pelean NO se reproducen; la crisis no es el nacimiento de otra oportunidad. Los modelos de resistencia NO aguantan las tensiones sociales, las consignas como "el pueblo unido jamás será vencido" son una añoranza de hidalguías momificadas. 

En esa clave están "los 30 mil"; el "Nunca Más"; el "Bombardeo de la Plaza de Mayo"; la noche de los bastones y de los lápices. Símbolos que se han tornado meras geo referencias de dónde está parado el sujeto. Como la foto insuperable que Korda le sacó al Che Guevara que vende bien en las remeras serigrafiadas. 

Después de despejar dudas queda en el microscopio una sola palabra: memoria.

No para recordar la siembra. No para reproducir un ciclo nuevo. 

Esa memoria está vacía. Esa memoria se ha vuelto híbrida. No germina. Esa memoria no dice nada. Esta generacionalmente muerta.

En ese microscopio puede observar un elemento, un agente depredador. Un extraordinario ser que borra la historia. Que juega con ella y la consume como un entretenimiento. 

Ese patógeno del olvido transita y se nutre de los medios de IN comunicación.  

Surge por mecanismos autónomos, inherentes a lo instintivo, de analítica espontánea, basada en la reacción antes que la emoción, en los emoticones antes que la percepción real de la situación. La dispersión de los interactuantes es parte del problema. El emisor y el receptor No se figuran como en las viejas épocas. Hoy imprimen y se solapan uno a otro. 

Para comprender la realidad del presente se necesita la historia. Si a la historia se le socava el contenido, se le quita su razón de ser. 

Alcides Cruz





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