9/29/2019

El proyecto hotelero del Yaboti - 1ra parte

¿Cuando empezo la idea de negocio?

Desde el 2010 el Gobierno del Frente Renovador impulso la creación de un polo turístico hotelero en el Lote 8 de la Reserva de Biosfera Yabotí, propiedad de los empresarios Larraghe.

El mencionado lote se encuentra pegado del Parque Provincial Moconá y los impulsores del proyecto no tuvieron mejor idea que construir un camino desde la ruta 2 hasta el Lote 8, atravesando el área natural protegida.

Existen numerosos caminos y alternativas para llegar desde el asfalto de la ruta 2 hasta el Lote 8 sin pasar por el Parque, pero al emprendimiento privado le convenia ese camino porque le otorga un “valor” agregado incalculable, al tener recursos naturales, humanos y toda la mística del parque como una tranquera de ingreso al complejo.

De los indios ni se hablaba.

En 2010, cuando empezaron a promocionar este “polo turístico hotelero” en la costa del Uruguay y en medio de la Reserva de Biosfera Yabotí no se mencionaba ninguna palabra sobre las comunidades originarias que habitan el Lote 8. Pero como la reacción social contraria fue creciendo y la comunidad misionera tiene muy arraigada la defensa de su naturaleza, se empezaron a alzar las voces y no se iba a permitir arruinar el Parque Moconá solamente para darle entrada a los turistas extranjeros. Iban a tener que ingresar por otro lado.

Cambiar el eje discursivo.

De pronto no se habla del “polo turístico hotelero” como lo anunció Horacio Blodek en el diario Misiones On Line en 2010, a poco tiempo de asumir como ministro de Turismo; sino que se habla de un camino para brindarle el derecho de accesibilidad a las comunidades originarias.Desde el año 2014 encontraron la excusa de las comunidades originarias y se lo promociona de otra manera.
PRIMERA EDICIÓN investigó y encontró que en el año 2010 el exministro de Turismo, Horacio Blodek, ya promocionaba el “polo hotelero” en el Lote 8.

El plan maestro.

Un año antes, en el 2009, un estudio de arquitectos seguramente contratado por el Gobierno o por los empresarios privados diseñó un “plan maestro” para ambientar el predio con hoteles amigables con la naturaleza y un espacio de recreación como canchas de golf, piscinas, senderos, todo de cara al río Uruguay. La empresa Larraghe ofrecía donar parte del Lote 8 con la condición de que el Estado provincial le asegure los servicios básicos, entre esos, un camino de acceso para el turismo. Ese acuerdo no se concretó pero dos o tres años después apareció otro similar.

El consorcio con los indios adentro.

Se conformó la Alianza entre los propietarios del Lote 8 (Larraghe), una ONG inglesa, las comunidades originarias y el Estado provincial. Este acuerdo establece que la ONG ambientalista pone el dinero y compra el Lote 8 a los empresarios para ponerlo bajo la titularidad de las comunidades originarias. Los privados se reservan 200 hectáreas para un emprendimiento turístico y el Estado, como garante del acuerdo, se compromete a brindar los servicios y hacer cumplir el pacto.

El estado misionero y su traje a medida para los negocios.

En 2014 aparece el proyecto del Ministerio de Ecología de construir el camino “prometido” por dentro del Parque Provincial Moconá, lo que le asegura al emprendimiento turístico un valor agregado incalculable y una gran distinción en comparación con otros lodges y complejos de la zona. Éste, en particular, estará pegado al Parque Moconá y su ingreso seria atravesando el área protegida del mismo.

En la audiencia pública realizada el 7 de septiembre, los defensores del camino ocultaron esta información y sólo mencionaron los derechos aborígenes a tener acceso desde el asfalto hasta el Lote 8. Sin embargo, existen otros caminos con los cuales se consagraría este “derecho”, sin revolucionar la paz natural de la región ni alterar el ecosistema casi virgen de la zona. 

Pero además, otro hecho descubierto por PRIMERA EDICIÓN pone en evidencia que la decisión está tomada: el Gobierno incluyó en el presupuesto de Vialidad Provincial los fondos para la construcción del camino por dentro del Parque Provincial Moconá. Fue antes de escuchar la opinión de la comunidad y supuestamente antes de resolver definitivamente qué camino construir.

El subsecretario de Ecología, Juan Manuel Díaz, reconoció que “en conversaciones que mantuvimos con técnicos de la Dirección Provincial de Vialidad ante la eventual definición de la realización del acceso al Lote 8, esos números (fondos) estarían previstos en la DPV”.

Además, el Estudio de Impacto Ambiental que ordenó realizar el Ministerio de Ecología y que se discutió en la audiencia fue extremadamente parcial y favorable al proyecto oficialista.

 Una idea que maduro desde 2010

Lo que se transcribe a continuación es parte de una entrevista realizada en 2010 al exministro de Turismo, el clossista Horacio Blodek, en donde adelanta que se desarrollará un nuevo polo turístico hotelero cerca de los Saltos del Moconá.

La noticia en aquel momento indicaba que “el grupo Larraghe cederá 450 hectáreas en los municipios de San Pedro y El Soberbio para generar un sistema similar al de las 600 hectáreas de Iguazú. El Estado pondrá infraestructura, como asfalto, luz y agua en la zona”.

“Se trata de un plan maestro de desarrollo ecoturístico en unas 450 hectáreas entre los municipios de San Pedro y El Soberbio con los saltos sobre el río Uruguay y la selva como principales atractivos. Se trata del Lote 8 de San Pedro y el 9 A, en unas 400 hectáreas en el segundo municipio”, completaba la información.

La idea era para emprendimientos que puedan desarrollarse con poco impacto en la naturaleza. También se proyecta una cancha de golf en el bajo Pepirí.

Blodek explicó que el objetivo es desarrollar un nuevo eje turístico con el objetivo de extender la permanencia de los turistas en Misiones. Por eso, no se hará hincapié sólo en los saltos del Moconá, si no en un corredor que incluya atractivos como arroyos, cascadas, senderos, cuevas o zona de avistaje de animales, en las propiedades de la zona.

Los indios ni figuraban.

En todos los anuncios realizados por el exministro no se mencionaron los derechos de las comunidades originarias del Lote 8. Todo el objetivo era hacer negocios turísticos con la selva y el río de la Biosfera Yabotí. Recién cuando se toparon con el rechazo de la sociedad, elaboraron el plan del camino “para las comunidades originarias”.

Luego, como los guardaparques y la población rechazaban la idea de destruir el área natural protegida para priorizar los negocios turísticos, le encontraron la vuelta de “La Alianza”, que incorpora la opinión de las comunidades originarias, al Estado y una ONG ambientalista inglesa. 

“Yabotí es una biosfera y el dominio sigue siendo de los privados, entonces los privados tienen en sus lotes un sinnúmero de actividades. Lo que estamos haciendo es disparar este proceso en donde cada uno va a informar los distintos tipos de atractivos y que le gustaría para que formen parte del plan, para lo cual vamos a empezar a trabajar a corto plazo el tema de la accesibilidad para la promoción”, indicó Blodek en 2010.

El exministro, muy allegado al exgobernador Closs, indicó contundente que el desarrollo del plan “obedece a una política de Estado sostenida en el tiempo”.

Otro que quiere mojar el pancito en el Mocona.

Por otra parte, en 2012, una conocida empresa de transporte de Misiones inauguró su hotel en Puerto Iguazú y en ese mismo acto anunció que ya planificaba un emprendimiento similar en los Saltos del Moconá, acompañando la política de desarrollo turístico que impulsa el Gobierno provincial.

El nuevo proyecto se haría “respetando el entorno selvático de la reserva, donde se hará un nuevo polo turístico”, anunciaron en aquel entonces.

Queda claro que los empresarios e inversores están al tanto del “plan maestro” para el Lote 8 y que el Gobierno provincial impulsa el camino, posiblemente por la presión privada que recibe y por la necesidad de recibir inversiones.

Camino alternativo rechazado

Los guardaparques organizados en la Asociación de Guardaparques de Misiones, intervinieron en la discusión para conciliar los derechos de las comunidades, con los criterios y principios de conservación y protección ambiental. Por ello elaboraron un proyecto alternativo para la habilitación inmediata de un camino integrador.

Dicha propuesta se basa en la utilización de un camino forestal de seis kilómetros de longitud, que uniría la ruta terrada que pasa por Puente López y el acceso asfaltado a Moconá (y que en la actualidad se suele ocupar para actividades de turismo aventura).

Este camino permitiría acortar en doce kilómetros aproximadamente la distancia que tienen que recorrer las comunidades para acceder a la ruta asfaltada.

Tras poner en discusión el proyecto, en la audiencia pública no obtuvo interés y fue desestimado por las autoridades del Ministerio de Ecología. No explicaron por qué razón.

La oposicion legislativa exige otra cosa.

Por otra parte, el presidente del Bloque de Diputados del Pays, Héctor “Cacho” Bárbaro, junto al diputado Martín Sereno, solicitó al Gobierno la apertura de un sendero dentro del Parque Provincial Moconá, de “uso exclusivo” para las comunidades mbya guaraní, asentadas en el Lote 8, que permita la conectividad de las aldeas con la ruta provincial Costera 2, sin restricciones de horarios.

La vía de acceso que será construida considerando senderos existentes por dentro del Parque Provincial Moconá, no podrá superar los tres metros de ancho, y su traza no deberá afectar ninguno de los árboles nativos ni especies protegidas.

En los fundamentos de la iniciativa se destaca que queda prohibido el tránsito por dicha vía de transportes de carga liviana y pesada, vehículos de uso particular que no transporten a los habitantes de las aldeas, y cualquier otro destinado al transporte de pasajeros, a los fines del desarrollo de cualquier actividad turística-económica realizada por emprendimientos externos a las comunidades mbya. Se exceptúa a ambulancias, móviles policiales, y bomberos.

Con este camino se garantiza el acceso de las comunidades pero se impide que este camino sea utilizado por el emprendimiento turístico, el cual deberá buscarse otro camino para hacer ingresar a sus visitantes. Si el Gobierno descarta este proyecto, claramente queda demostrado que la intención es hacer ingresar a los turistas por el parque y favorecer a un negocio privado.

“No estamos en contra de que se haga el camino de acceso para los guaraníes, sí estamos en contra del negocio turístico, porque vemos que más allá del interés en que los mbya tengan un camino por donde entrar y salir, hay un evidente interés económico”, sostuvo Bárbaro en la audiencia.

Agregó: “Creemos que lo ideal es hacer el sendero por afuera del parque; pero nuestra postura intermedia es que si el Ministerio de Ecología insiste con la decisión de abrir un camino por adentro del parque; pedimos que sea destinado exclusivamente para que transiten los mbya guaraní radicados en la reserva”.

Pérdida de soberanía

El Parque Provincial Moconá está categorizado en la Ley de Protección de Bosques como “zona roja”, es decir, intangible, de máxima conservación, por lo que no se pueden realizar intervenciones humanas bajo ningún pretexto ni modalidad.

Según explicaron los guardaparques, el uso del parque como puerta de entrada para un emprendimiento turístico privado, del cual se desconoce su envergadura (podría ser inmenso en 200 hectáreas), representa una total pérdida de soberanía del Parque Provincial Moconá.

La construcción de un camino de uso público atravesando el parque para unir la ruta 2, asfaltada, con los hoteles a construirse, significa que el parque quedará supeditado al movimiento turístico, sirviendo como tranquera de ingreso a los lodges y debiendo los guardaparques funcionar como si fueran personal de maestranza de los hoteles, además de hacer custodia.

El parque y sus recursos naturales, el personal y el ecosistema servirán para darle valor agregado a un negocio privado. ¿Cuándo más podría valer con estas distinciones? Incalculable.

Hay otra alternativa que pueden usar los hoteles y las comunidades, por fuera del parque, que estaría abierta los 365 días. En cambio, este camino no se podrá usar cuando el arroyo Yabotí se encuentre crecido porque el nivel del agua supera el puente de acceso al Parque. Esto ocurre en promedio 90 días al año. Quiere decir que el supuesto derecho de los guaraníes a acceder al asfalto quedará supeditado al capricho del clima.

En ningún momento el acuerdo original de la Alianza planteaba que el acceso debía ser por el parque. Es un empecinamiento turbio, nunca aclarado del todo, del Gobierno o de todos los integrantes de la Alianza.

Para culminar, deberían también explicar por qué las comunidades del Lote 8 tendrán preferencia y el Gobierno mueve cielo y tierra (pagando un alto costo político) para construirle un camino de acceso al asfalto mientras otras comunidades se desvanecen en el ostracismo y el desinterés, sin ninguna acción estatal hacia ellos.

Publicado en el diario Primera Edición.

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