Por favor déjeme hacer esta proposición teórica. Digo: estamos atravesando el peor y más profundo estado de hundimiento cultural, decadencia social, embrutecimiento histórico, analfabetismo político, desapego cívico y desparpajo moral. De fondo suena una cosa, un bodrio llamado música. L- Gante, Tini, o cualquiera de esos "símbolos" expresivos de la época sin amor, sin identidad, del No lugar, de la impertenencia. (¿Qué tendrá que ver?) Apelo a Sigmund Froid para sostener que el placer nos desnuda el subconciente individual y colectivo, en la lucha contínua con la realidad.
La furia de las nuevas generaciones no encuentra antídoto. Se miran al espejo, sienten el vacío. El futuro es una sensación desértica, de no saber para dónde huir o refugiarse. No es en España, no es en el dólar.
*Resulta increíble que el peronismo y otras corrientes hayan gestado otro 17 de octubre pero al revés. Sin culpas por desclasados, los desposeídos, los marginados votaron a Milei.
Respiramos en un país rico, inmensamente pródigo pero el goce lo viven otros, que usan 20 millones de litros de agua para sacarnos una tonelada de litio o pueden gastar en Mendoza 50 mil pesos en una botella de vino.
Los que alcanzan el poder llegan adocenados por el imperio del Norte aunque lo nieguen. Sergio Massa promete dejar hasta la última gota de sudor por la Patria. La sangre no. Es pedirle demasiado.
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La mayoría de los argentinos tuvo su éxtasis eyaculatorio del voto bronca, la descarga emocional de la insatisfacción democrática con Milei. Por un rato ese instinto de supervivencia quedó tendido en las suaves sábanas de una amnesia temporal. A la hora del pucho mirando el techo, Javier les dijo que un ser humano necesitado no tiene derechos. Que sus únicos hijitos son los perros.
Los mercados y los medios instalaron el aparato Milei. Creyeron en sus prédicas de sexo tántrico. El candidato prototipo mostró el tamaño de su virilidad política. Hoy desconfían de su adrenalina, de sus pasiones ocultas y quieren algo mas suave. El clásico gataflorismo de la clase media veleidosa y presumida.
Wall Street activó sus anticuerpos. ¿El tiro por la culata ? Los carneros argentinos que son ejecutivos en el centro financiero mundial empezaron el trabajo de esmerilamiento del ganador inesperado. La única garantía que precisan es saber si van a poder continuar esquilmando a la Argentina. Como Milei No da certeza, es un riesgo político. Los libertarios y sus fundaciones internacionales que lo sustentan tampoco se animan a desactivar al candidato récord.
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Aquellos que claman por la devaluación, por el ajuste asfixiante, tuvieron una dosis adelantada. Desde el importador hasta la señora que compra 200 gramos de fiambre para cenar. El lunes 14 se devaluó el peso un 22 % . Un tendal de pobres cayó como hormigas de la pared al rocío del exterminador social llamado FMI. Supongo que están satisfechos. Autosatisfacción flagelante.
Milei prefiere los Rolling Stones. Canta mentalmente: "No consigo satisfacción; a pesar de que lo intento, no puedo conseguirlo"
Los supermercados van camino a transformarse en museos de alimentos. ¿Serán un paseo de fin de semana inolvidable admirando las botellas de aceite, los paquetes de harina, etc..?
(¿Las multinacionales de alimentos, de higiene o limpieza que harán después de remarcar hasta el paroxismo? Sin ventas, con atrofia del consumo? Ya probaron con menos galletitas en los paquetes, con menos gramos en los potes, con pan rallado saborizado para que parezca queso parmesano...
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Ganó Milei pero hay una impresión generalizada de que perdimos todos. A los cuatro puntos cardinales de la política hay desencanto. La libertad desaforada abrió la Caja de Pandora. La paradoja de una libertad anárquica. Un buscapié. (¡Queríamos un cambio pero No era para tanto!) La gata grita en el tejado de zinc caliente.
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Los sub 50 fueron los protagonistas de esta eclosión de votos de protesta. Sobre esa capa de disconformidad y desasosiego, el sistema de manipulación mediática, sus vectores foráneos y los cómplices internos montaron el metamensaje del hartazgo con el peronismo.
De pronto quieren romper todo el esquema de derechos sociales con un salvajismo pre liberal. El hombre lobo del hombre. Un retroceso atroz a la ignominia, a lo inhumano. Thomas Hobbes con la metáfora del animal salvaje capaz de devorar a su propia especie. El contrato social apenas puede atenuar su egoísmo. (Probablemente la gata llore cuando se dé cuenta en un par de meses...)
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Milei ya se está ofertando al FMI como un carnicero socio económico. Un detractor frenético del peronismo, doblemente eficiente, devaluador al cuadrado de lo que pida la élite de bancos y capitales buitres. Impiadoso febril.
Pese a los impulsos, Javier Milei resulta interesante para la usura internacional. Un destructor natural alivia el esfuerzo que exige la resistencia de Massa o del Congreso para sacrificar o extinguir jubilados, discapacitados, indigentes, pobres asistidos por el Estado.
La cuestión hasta octubre es moderar sus instintos del Hitler económico, amansarlo y domesticarlo al león para que obedezca.
Repiquetea en la TV la mentada frase: "el fenómeno Milei". Creo que el verdadero fenómeno disruptivo, desobediente, es la sociedad. Milei es el espectro que mira en el espejo un argentino/a, cuando sus ojeras le devuelven el cansancio desde el fondo del alma.
Alcides Cruz
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