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5/22/2022

Campo Viera, Misiones - Historia de su fundación - 23 de febrero - Aniversario




El nombre de Campo Viera se debió a Manuel Viera, un colono que en 1912 llegó a estas tierras con una tropilla de ganado vacuno y caballos junto a peones y hacheros. Se asentaron en lo que hoy se conoce como Paraje Yazá, a orillas del arroyo del mismo nombre, en un gran campo. Se hizo dueño de las tierras que hoy integran esta localidad y durante muchos años, se dedico a la explotación yerbatera que poblaba la selva como planta autóctona, con apoyo de los aborígenes que eran grandes conocedores del lugar. Falleció en 1920 y recién en 1936 comenzaron a instalarse las primeras familias, colonos pioneros que abrieron picadas en el monte, que en poco tiempo se transformo en chacras desarrolladas. 


Luego llegaron grupos de inmigrantes polacos y ucranianos, entre ellos Pedro Ríos, Alejandro Fernández, Lorenzo Mondo, Claro Batista, Juan Espíndola, Guillermo y Laurindo Campos, Severiano Duglokinski, Juan y Felipe Schneider, entre otros.


Pioneros: Fonseca Raimundo, Pedro Szulepa, Estefania Pogeta, Nikifor Okulovich, Hemlich Gerardo, Uladislao Rodazewski, Fernandez Julia, Herna Gertrudis Kraus, Walter Herman Kraus, Olga Sofañuk de Szanata, Eleuteria Gimenez, Leonardo Lewtak y Mikitiuk Antonia.


En el año 1929 se trasladan las dependencias públicas y sus funcionarios a su actual localización sobre la Ruta Nacional N° 14. Llegan entonces los primeros inmigrantes alemanes, ucranianos, polacos y rusos, quienes juntos a brasileños y paraguayos abren picadas y rozados, sentando así las bases productivas de la actual colonia, con plantaciones de té, yerba mate y tung. Por resolución 1065 del 25 de octubre de 1943 se crea la Primera Comisión de Fomento, nombrándose como miembros a los siguientes vecinos del lugar Pedro S. Bullón, Diego Picaza Gómez, Mauricio Delfino, Félix Sarubi y Pedro Ríos.


El 18 de agosto de 1976 se reúnen en la municipalidad varios vecinos, entre ellos: Demetrio Caruk, Nicolás Oszust, Domingo Delgado, Severiano Duglokinski, Pedro Ríos, Otto Kuhnlein, Toribio Correa, José Perrota, Fedor Kummritz y el Intendente Juan Uffelman, entre otros, quienes deciden fijar como fecha de fundación el 23 de febrero de 1936, recordando la llegada de los primeros inmigrantes. Don Pedro Szulepa, un viereño pionero, comentó que sus recuerdos respecto al inicio de la localidad son muchos, pero destacó que llegó de Polonia en 1936 y se instaló en la zona. “Era en esa época un poblado disperso, había un negocio, que era del alemán Celebraino Dluwkisnki, que tenia almacén, herrería, algo así como ramos generales”. Relató que “durante los años 1038 y 1940 íbamos a ver los partidos de futbol, al Club Independiente que ya estaba”. “Don Apolonio Mondo era hombre de muchas funciones, miembro de la comisión de fomento, Juez de Paz y encargado del Registro de las Personas, También ya había allí un destacamento chiquito de policía y una estafeta del correo”.








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2/14/2021

El reviro, la sopa paraguaya y la lenteja, las comidas más elegidas por los misioneros



“La vida sería mucho más agradable si uno pudiera llevarse adonde quiera que fuera los sabores y los olores de la casa materna”, se podía leer en una de las líneas del famoso libro de Laura Esquivel, conocido como Agua para Chocolate, publicado en 1989. Una novela que introdujo el arte culinario entrelazado con las relaciones sociales. 
Con el fin de conocer cuáles son los platos preferidos de los misioneros, El Territorio realizó un relevamiento entre vecinos de Posadas,  y el resultado fue el siguiente ranking de sabores.
La mayoría de los consultados ubicaron en el primer lugar: al reviro, que fue denominado como: “el alimento más común y tradicional de la zona”, según coincidieron.
En ese sentido, también destacaron, “el reviro puede tener algunas variaciones, en cuanto a la comida o bebida que lo acompaña”. “En invierno o los días lluvioso no puede faltar el reviro,  con un buen maté cocido, o también con ticuei (salsa de carne y huevos revueltos) o un huevo frito”, manifestó Mayra Rodríguez.
Al ranking se suman: la cazuela, la lenteja, el locro, el puchero, la sopa paraguaya, el guiso de arroz o la paella, mandioca frita o estofado, Yopará, y el asado.

Variedad de platos
Por otra parte, María de las Mercedes Álvarez una antigua vecina de esta ciudad expresó que la influencia y las costumbres de los inmigrantes europeos fue fundamental en la preparación de los distintos platos. 
“En Misiones hay una gran variedad de platos de comida, por los descendientes de Europa y la cercanía que tenemos con el Paraguay. Entonces, la elección de cada comida depende de cada familia y de los orígenes de esta. Por ejemplo, en mi caso: el plato principal es el arroz con pollo o la paella”. 
No obstante, Álvarez destacó que pese al crisol de colectividades que arribó en la región en décadas anteriores, “los primeros colonos preparaban muchas comidas con la mandioca, que es característico de la provincia. Por ejemplo, la mandioca hervida, frita o el estofado”.
Por otra parte, María Quiroga  comentó: “En casa mis hijos siempre me piden que les cocine milanesas con puré, ese es su plato preferido. También, cocinamos ñoquis con salsa, pasta, estofado, poroto, empanadas o lenteja con carne, la comida que más les gusta a los chicos”. 
Por su parte, Ambrosio Aranda, que vive en Jardín América y  estaba de paso en la ciudad, contó “la sopa paraguaya en los asados familiares no puede faltar, como tampoco la chipa o el caburé en el maté”. 

Receta para dar con el plato misionero. Poner en un recipiente la cultura guaraní, mezclarla con la llegada de los jesuitas. Agregar las influencias de Brasil y Paraguay y sobre el final incorporar la cultura de los inmigrantes. A eso fusionarlo con la revalorización de los productos misioneros a través de las ferias francas y darle un toque moderno, para terminar.
La gastronomía misionera se encuentra en pleno debate para revalorizar los sabores regionales. La masificación de los productos misioneros y el interés de los visitantes por conocer los platos, que diariamente se elaboran en las casas de las familias de la tierra roja, hicieron que los establecimientos gastronómicos empiecen a incluirlos en sus cartas.
Así la chipa, el reviro, la mandioca, el poroto, el maíz y sus derivados van ganando espacios en los restaurantes de la región.
Todas las fuentes consultadas  afirmaron que no hay un plato misionero debido a la gran mezcla de culturas e influencias y lo correcto es hablar de sabores regionales.
“No hay un plato misionero, porque la chipa la disputamos con Paraguay, el reviro, que dicen que nació con los tareferos, también lo pide Corrientes, la sopa paraguaya ni hablar, los platos con poroto o el chancho está muy influenciados por Brasil, así que lo mejor es hablar de platos de la región”, explicó Romina Pozzebon, quien es especialista en alta cocina y gastronomía internacional y trabajó en varios establecimientos de la región. La afirmación de la cocinera se puede apreciar con sólo recorrer las cocinas de la provincia

Volver a mirarnos
“La cocina tuvo modas y en los 90 todo venía de afuera y por eso se dejó de lado nuestra cocina, pero desde el 2003 para acá la cocina regional tomó un impulso inusitado e impensado en otras épocas”, agregó la cocinera.
Ese ‘volver a mirar lo nuestro’ fue acompañado por el impulso que tomaron los productos elaborados en las chacras misioneras, a través de las ferias francas, hicieron repensar toda la cocina en la región.
“Sin dudas que toda esta vuelta a lo natural influye y en Misiones se dio un proceso con las ferias francas, con productos frescos, nuestros, que también nos hizo cambiar la forma de comer, tanto en la casa como en los restaurantes y hoy te puedo asegurara que la mayoría los establecimientos de Posadas tienen en sus cartas algún plato regional”, explicó Pozzebon.
Esa revalorización hizo ganar nuevos mercados y hoy es habitual encontrar en Buenos Aires, platos que tienen gran influencia de la cocina misionera.
Cuando nadie pensaba en la cocina local El Territorio hizo punta con dos publicaciones que marcaron la importancia de la cocina  de la región. 

Rescatar la sabiduría
El programa El Museo y la Cocina funciona desde 2001 en el Museo Andrés Guacurarí, su objetivo es rescatar el valor de la comida regional como un patrimonio intangible. La coordinadora es Elba González y la asesora, Ana María Fiaccadori.
Elba precisó que frente a la globalización de las costumbres, “rescatar el valor de la comida regional y la sabiduría que hay en su elaboración y en la selección de productos de la tierra, es una herramienta para construir identidad, desde una receta se puede rastrear los orígenes de una familia, lo que comemos tiene mucho para decir de nosotros mismos y de nuestra historia”.
La rica historia gastronómica que tiene la provincia fue parte de una tesis de Antropología 

La movida de la comida regional cada vez ganas más espacios. En Posadas, hace unas semanas y bajo la atenta mirada del famoso chef Lele López, la comuna promovió un concurso para impulsar nuevos chefs, que debían presentar platos típicos de la zona.
Así, armaron platos con base de pescado, maíz o mandioca. Ese concurso marca la nueva generación de cocineros que se están formando en la provincia.
“Lo importante de todo este proceso es que las academias que están en la provincia y que están formando a los futuros cocineros insisten a sus alumnos a que se animen a realizar los platos regionales”, agregó el chef Esteban Daniel “Mele” Rojas.
Los tradicionales platos de la mesa de los misioneros despacito se va metiendo en la alta cocina. “La cocina misionera es simple, pero no por eso deja de ser rico y sabrosa. Hay que animarse a innovar y a fusionar los vegetales y las frutas que hay en Misiones. Cada vez que viene un chef de afuera se queda maravillado con los productos que tenemos”, explicó Pozzebon.
“Todos los días la gente habla de comida, de qué comemos y eso también es bueno porque la comida es parte de lo que somos. Además los productos misioneros están todos los días tomando más fuerza”, sostuvo Rojas.
Así, la yerba mate, que tradicionalmente se utilizaba para el mate o tereré, hoy se utiliza para infinidad de platos, como pasta, quesos o postres.

Hu iti manduvi
• Es un alimento dulce y altamente nutritivo

• Ingredientes
Maíz, maní, azúcar rubia o rapadura.

• Preparación 
Es un plato de tradición guaraní, hu iti (maíz) y manduví (maní), es una golosina o postre que tiene buena conservación en frascos cerrados.
Para su elaboración, hay que tostar los granos de maíz o asar las mazorcas en las brasas. Luego, hay que moler los granos tostados en un mortero hasta obtener una harina. De igual forma, tostar el maní y molerlo, de acuerdo a la consistencia deseada. Mezclar y adicionar el azúcar o la rapadura, integrando con una cuchara.

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Yopará (Aleja al caraí octubre)

• Ingredientes
Maíz, mandioca, batata, poroto, carne de corte con hueso, zapallo, zanahoria, cebolla y condimentos a gusto, mejor en abundancia.

• Preparación 
Se deja en reposo el maíz y el poroto, mejor desde la noche anterior. 
En el momento, se saltean las verduras, y se le agrega la carne y los granos y los condimentos. Adicionar agua o caldo en cantidad necesaria. Requiere cerca de dos horas de cocción a fuego bajo, el guiso sale más rico en olla de hierro.

• De tradición guaraní 
El programa El museo y la cocina rescata este relato del litoral, que promueve compartir la mesa para llamar a la abundancia y enseña a prever para que nunca falte.
La creencia dice que para alejar al duende de la escasez, el 1 de octubre hay que cocinar en abundancia y convidar. Así pasa de largo y no se queda en la casa.
* Las dos recetas pertenecen al programa El museo y la cocina del Museo Andrés Guacurarí, ubicado en General Paz 1865.
 
Pastel de mandioca
• Ingredientes
1 kilo de mandioca.
1/2 kilo de carne molida.
1 cebolla.
150 gramos de morrón.
3 huevos.
Sal y pimienta a gusto.

• Preparación
Hervir la mandioca y hacer un puré. Agregar un huevo y sal.
Para el relleno: cocinar la carne molida, agregar la cebolla y el morrón y por otro lado hervir dos huevos.
En un molde a elección colocar de base un poco de puré, colocar el relleno y cubrir con el resto del puré.
Llevar al horno hasta dorar.
Consejo: Para un sabor más regional también se puede hacer con pescado. Para eso conseguir surubí o boga desmenuzada y reemplazar por la carne molida.

Alba Posse, Colonia Aurora y Panambí (corresponsalías). La comida brasileña tiene mucha influencia en las preferencias gastronómicas de las familias que habitan la extensa zona del Alto Uruguay, quienes mantienen en su menú diario las recetas que se transmiten de abuelos a padres o de hijos a nietos.
Hay platos que se repiten día por medio, porque gustan demasiado y son económicos, pero en el caso de otros, que se consumen mucho en varios puntos de Misiones, en estas localidades no son del todo aceptados e incluso, hay quienes ni siquiera los conocen. 
Lo cierto, es que el tradicional poroto negro con arroz se mantiene tan vigente, que quienes viven en los pueblos costeros aseguran que “un 70 por ciento de la población lo cocina, al menos, dos veces a la semana”. 
Es más, hasta en los asados aparece el “feijão” con arroz o mandioca como plato opcional. Los comedores lo ofrecen y es uno de los platos más vendidos, no solamente por los argentinos sino por los propios brasileños que llegan a Misiones. Ahora bien, si de asado se trata, predomina la carne de cerdo en la mayoría de los casos, luego el pollo y en menor medida la carne vacuna, de acuerdo a lo que manifestaron en la churrasquería El Pacú, uno de los comedores más concurridos de Santa Rita (camino a 25 de Mayo).
“Sabemos que a la gente le gusta mucho el cerdo, por eso tenemos todos los días preparado de distintas formas, aunque el que más sale es el asado. Poroto tampoco puede faltar, vendría a ser como el pan en la mesa, más aún sabiendo que a la gente le gusta” dijo Marcio, el cocinero.
Entre esas opciones también sobresale el pescado, fundamentalmente por la cercanía del río y la cantidad de estanques que hay en las chacras, de producción segura y sostenida. “Eso ha vuelto a este plato en uno de los preponderantes, frito o asado”.
Cabe aclarar que no solamente la comida tiene preferencia en territorio argentino, sino también las formas en que se vende o consume, ya que lentamente se va imponiendo en los municipios costeros el comedor con autoservicio, típico en el vecino país.
Gilberto Weis, productor de Colonia Aurora, en su simpleza contó: “la gente de la chacra planta lo que consume y por eso, los gustos son muy parecidos. Digo que no hay diferencia en lo que se come acá con lo que se come en Brasil, al menos en los pueblos de la costa”      
“Yo tengo poroto plantado y además compramos cuando vamos al pueblo, porque en casa todos comemos, por más que se haga asado. El lechón blanco que criamos es genética brasileña, por eso digo que somos muy parecidos a pesar de vivir en países distintos”, concluyó.  
Gladis De Souza, coincidió con Gilberto, pese a vivir en Panambí. “En esta zona se nota mucho la influencia de Brasil, no solamente en la comida, sino en muchas cosas y basta escuchar hablar a los chicos y te das cuenta”. 
“En casa, a mis chicos, no les gusta el poroto por ejemplo, pero aman el pescado. Mi madre me enseñó a cocinar en ollas de hierro y en fuego a leña” recordó, agregando que “los pescados de río mi marido los hace a la parrilla o en chupín”.
Alternativa sin éxito
Llamativamente, en esta zona de la provincia se prefiere en menor medida algunos alimentos de consumo masivo en Misiones, tal el caso de la chipa de almidón, el mbeyú o la sopa paraguaya; platos clásicos, rápidos y baratos, que muchos por acá ni siquiera conocen.
Es más, son contadas las panaderías que fabrican chipa de almidón para la venta, por lo que el consumo se reduce al ambiente familiar, pero no sale de ahí. Tampoco se impone una opción de comida al paso que sea típica de esta zona. No existe.
Cuentan que “quienes intentaron alguna vez ganarse la vida fabricando o vendiendo esa chipa de almidón, no tuvieron éxito”. La gente prefiere lo que comúnmente se denomina torta frita, que en la zona costera también tiene nombre brasileño y es “bolo frito”. 
En ese sentido, Gladis opinó: “tiene que ver también con que estamos lejos de todo y la gente que trabaja en la chacra no se da el tiempo de innovar sus platos. Come lo que les gusta o lo que se impone y es esto, es parte de nosotros”.

OBERÁ. 

La influencia de las colectividades en la zona Centro se traduce en costumbres, religiosidad y cultura, lo que incluye una amplia variedad gastronómica, ingredientes y sabores que cruzaron los océanos para fusionarse con la cocina regional de los países limítrofes.
Los primeros pobladores se ubicaron en el paraje denominado Yerbal Viejo, que luego adoptaría el nombre Oberá, en 1912. Los franceses Pedro y Juan Constantín se asentaron en lo que hoy es avenida Beltrame, entre Villa Lutz y el barrio Yerbal Viejo.
Cuenta la historia que enseguida arribaron los noruegos Thorleif Bogh y Gúnnar Qviding; los suecos Carlos Eckström y Herman Kallsten; los alemanes Samuel Hahstrasser y Herman Rudel, y los franceses Luciano Blanchard y Mauricio Bruel.
En 1913, hace cien años, se produjo la llegada de más colonos suecos, entre ellos apellidos que perduran: Lindström, Petersson, Nilsson, Sand, Falk y Andersson. 
Si bien cada inmigrante trajo incorporado su ADN culinario, los rigores y las limitaciones del monte misionero los obligaron a modificar su alimentación cotidiana con lo que había disponible en un ambiente nuevo y hostil.
Lejos quedaron los manjares del viejo continente y debieron adaptarse a lo que les proveía la naturaleza. Cazaban animales, salaban y ahumaban la carne para preparar el “charque”, antiguo método para preservar el alimento. Así también conocieron el “chicharrón”, tocino de cerdo frito.
Luego fueron incorporando la mandioca, el zapallo, el choclo y todas las verduras que empezaron a sembrar una vez asentados en el lugar. 
Y se nutrieron de infinidad de peces de los arroyos y ríos de la zona. 
Cocina de autor 
Alejandro Quesini es obereño, chef profesional y presidente de la colectividad árabe, por lo que ostenta méritos para analizar el gusto culinario de la zona. “Cada inmigrante adaptó a su paladar a los ingredientes que fue encontrando. Descubrió la mandioca, el almidón y la harina de maíz, y con eso tuvo una base de alimentación muy rica. Creo que estos tres ingredientes, más los pescados, constituyen la base del plato típico misionero”, opinó.
La cultura árabe es una de las más antiguas e influyentes en la historia de la humanidad y su gastronomía trascendió todas las fronteras. “Lo que acá conocemos como niño envuelto, de las colectividades rusa, polaca y ucraniana, los árabes ya lo hacían con hojas de parra”, explicó.
Ante la consigna de El Territorio, el chef ofereño diseñó en exclusiva un plato principal basado en la cocina árabe con ingredientes de la tierra colorada: Croquetas de pescado y mandioca.

Crisol de fusiones 
Oberá se fundó el 9 de julio de 1928. La ceremonia se realizó en la actual Plaza San Martín y contó con la asistencia de lugareños y un grupo de nativos que respondían al cacique Luciano, quienes interpretaron su música autóctona. 
Dicho registro histórico marca la armonía con la que convivían entonces los inmigrantes con los aborígenes, y esa relación se forjó también a partir de la comida. 
Descendientes de los primeros colonos cuentan que los nativos muchas veces los asistieron con alimentos, ya sea porque desconocían del terreno e incluso de qué tal o cual planta era comestible.
Otro hito trascendente fue el encuentro con los vecinos de las orillas de los ríos Uruguay y Paraná, brasileros y paraguayos, cargados con un bagaje que forjó el crisol culinario de Oberá y la zona Centro. 
Así, en cualquier evento que se precie o fiesta familiar, actualmente conviven en las mesas el típico asado criollo, la ensalada rusa, la sopa paraguaya y el galeto de pollo brasilero.
También son infaltables las empanaditas de ricota de los países de Europa del Este. Los rusos les dicen vereniki, los polacos pierogi y los ucranianos varenyky.
La feijoada: poroto negro con cerdo y arroz, proviene de Brasil y es tan local como la chipa de almidón, el mbeyú y el borí borí, una sopa de pollo con ñoquis de harina de maíz que trajeron los paraguayos. 
A cien años de la llegada de los primeros inmigrantes a estas tierras, la cocina misionera se consolidó en base a un crisol de nacionalidades, ingredientes, condimentos y sabores.

Un estofado con productos locales

SAN PEDRO
Una de las comidas más consumidas en esta localidad se realiza con productos que se pueden encontrar en cualquier chacra de la zona: estofado de gallina o pollo con mandioca.
El chef local Víctor Manuel Verón (24), lleva en su sangre la misma de los que fundaron el pueblo y quizás por eso conoce el sabor de las familias locales.
Por su local sobre la avenida 25 de Mayo, pasan todos los días cientos de comensales y sabe que piden los sampedrinos a la hora de comer.
En charla con El Territorio comentó que el estofado es de origen europeo, pero se lo puede preparar con productos regionales y por eso se adapta al paladar local.
Tanto las verduras, mandioca, gallina y pollos que usa Víctor vienen de las colonias de San Pedro.
El estofado de pollo lo prepara en 33 minutos y se necesita un pollo casero, mandiocas hervidas condimentadas con salsa, un timbal de arroz, decorado con 1 hoja de perejil y con cuatro rodajas de tomate.
“La gente pide el estofado que preparamos y lo comen todas las clases sociales desde los colectiveros que paran en el hotel, es el preferido de ellos, hasta los turistas que llegan a la ciudad”, contó el chef recibido en el Iset de Posadas.
“Hay muchas visitas de Buenos Aires, familias conocidas que llegan y piden este plato con pollo casero porque dicen que tiene otro sabor”, sostuvo Víctor.
El cocinero explicó que la gente se inclina más por el pollo o la carne antes que los pescados. “En esta zona, no se consume tanto, es más, en semana santa que vemos en gráficas y por TV, sobre ofertas de pescados eso no sucede en San Pedro ya que no estamos en zonas de ríos donde ahí sí, la pesca es abundante y el menú de ellos es infaltable”, comentó Víctor
Agregó que en esa época lo que más se vende en la localidad es la chipa, la torta de choclo y la sopa paraguaya.

Croquetas de pescado y mandioca
• Ingredientes
Medio kilo de pescado (dorado, surubí o pacú)
Un cuarto kilo de mandioca
Un manojo de perejil picado
Una yema de huevo
Un huevo batido y pan rallado para empanar, sal, jugo de un limón y salsa de taratur, hecha a base de pasta de sésamo.

• Preparación
Se hace el puré de mandioca, se hierve el pescado y se quita las espinas, se machacan y se mezclan. Se agregan los ingredientes, se pasan por huevo, se empanan y se fríen. 

Por Daniel Villamea

Fuente: Diario El Territorio  - 2013










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12/01/2020

Colonia Aurora, Misiones, Argentina - HIstoria breve










Colonia Aurora fue uno de los últimos lugares en colonizarse en Misiones. Su geografía inaccesible hacía del cercano río Uruguay la única vía de comunicación aceptable, ya que los caminos de tierra eran intransitables buena parte del año.
Entre los primeros habitantes se encontraba Aquino Sinolaza, quien instaló el primer comercio del lugar. Este comercio terminó dando nombre al poblado, y hace referencia a Aurora Palia Quesini, madre del mencionado colono. Hoy el asfalto de la ruta Provincial 2 garantiza una comunicación terrestre todo el año. 

La actividad económica se sustenta en el cultivo de tabaco, soja, yerba mate y —en creciente importancia— el ananá. 

El municipio está situado en el departamento 25 de Mayo; limita con el municipio de homónimo, y con los de Dos de Mayo del departamento Cainguás, San Vicente y El Soberbio del departamento Guaraní y al este con la República Federativa del Brasil. Dentro del municipio también se encuentra el núcleo urbano de Colonia Alicia. 

La población del municipio es de 7700  habitantes, según el censo del año 2010  (IPEC) 

Colonia Aurora 

A 178 kilómetros de Posadas, esta localidad ubicada sobre la ruta provincial 2 ofrece diversas alternativas turísticas enfocadas principalmente en el agroturismo y su bello entorno natural. 

Entre sus alternativas se encuentra el camping municipal, una reserva de dos hectáreas de extensión sobre la desembocadura del arroyo Macaco en el Uruguay. 

Actualmente en el lugar se están desarrollando obras para acondicionarlo y transformarlo en un nuevo atractivo.

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9/28/2020

Concepción de la Sierra, Misiones, Argentina

Una de las localidades más antiguas de Misiones. Ciudad de la fiesta del Tarefero, de los carnavales y de los monumentos históricos.



Concepción sigue manteniendo esas tradicionales casonas, muy bien conservadas, como la Casa de la Cultura, fiel exponente donde se albergan piezas arqueológicas, cuyo objetivo es dar a conocer vestigios jesuíticos de la región.

En las afueras, en la ruta provincial 105 entre Concepción y Santa María, en el Paraje 43, la pintoresca capilla San Roque, abandonada en 1945 todavía permite apreciar su arquitectura; una construcción de estilo inglés junto al imponente pórtico de la Tabacalera 43, dan muestra de la época de auge de esta empresa que fue cerrada debido a la declinación del cultivo.

Se conservan restos de construcciones en piedra o en adobes sobre basamentos de piedra, así como de obras complementarias de canalización y riego en los alrededores.

Concepción de la Sierra se funda en 1619 como Reducción Jesuítica, con el nombre de Concepción de Nuestra Sra del Ibitiracuá; en esta primera etapa fue uno de los pueblos más importantes de la provincia jesuítica, sin embargo, como con todos los otros pueblos, la expulsión de la Órden marcó un quiebre y el pueblo cayó en decadencia. No obstante, Concepción tiene una segunda fundación cuando Misiones todavía era territorio nacional, dependiente del gobierno de Corrientes. El 27 de Septiembre de 1877 de acuerdo con la Ley de Fundación de Pueblo Agrícolas, promulgada el 3 de Septiembre de 1875, el gobierno de Corrientes, ordena la delineación de varios pueblos, entre ellos Concepción de la Sierra. Así este lugar histórico toma esta fecha como su día o Día del Pueblo.

La mensura estuvo a cargo del agrimensor Eduardo Matosso y se realizó entre el 2 de enero de 1879 y el 27 de febrero del mismo año. El pueblo se ubicó sobre la antigua Reducción Jesuítica y esto le dio a Concepción la Continuidad Histórica permitiéndole hablar con orgullo de sus 400 años de historia que el año pasado fue motivo de festejos muy significativos.

En el año 1976, un grupo de productores yerbateros pensó realizar un homenaje al trabajador de la yerba mate y crearon La Fiesta del Tarefero.

La trascendencia de esta fiesta popular fue tal, que en 1985 la Cámara de Representantes de Misiones instituyó al 9 de noviembre como Día del Tarefero.

El 26 de agosto de 2015 se declara en el Senado de la Nación Argentina la Fiesta Nacional del Tarefero a fin de darle rango nacional, incluyéndose dentro del Calendario Turístico Nacional Argentino.

Es una gran reunión familiar en la que se homenajea al trabajador que recolecta la yerba mate (principal actividad económica de la zona), compartiendo números artísticos para todas las edades. También en esos días de festival, existen competencias deportivas y de doma.

En verano, Concepción realiza los desfiles de carnaval, del cual participan comparsas que practican a lo largo de tres meses a fin de competir luego en los carnavales provinciales. Generalmente se dividen entre comparsas de niños hasta 14 años y comparsas de jóvenes y adultos. Son de los carnavales más importantes de la provincia.

Este pueblo basa su actividad económica en la madera, la cría de ganado y la yerba. Grandes extensiones de campo están destinadas a plantaciones de yerba y esto le valió el título de Capital Nacional del Tarefero.

Fuente: Primera Edición












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Corpus, Misiones, Argentina


Corpus es un espacio con mucha historia tiene el privilegio de haber sido la primera capital del Territorio Nacional de Misiones, instaurada como tal el 16 de marzo de 1882 mediante decreto presidencial. Pero muchas circunstancias ocurrieron hasta que volviera a ser parte del Territorio Nacional de Misiones y parte de los ahora 78 municipios de la provincia. La refundación de Corpus se dio el 27 de Septiembre de 1877.

Fuente: Primera Edición













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9/26/2020

Tierras ancestrales del Cuña Pirú finalmente volvieron a sus dueños originarios: los mbya guaraníes



Las comunidades mbya del Valle del Cuñá Pirú recibieron ayer, por parte del Juez de Paz de Aristóbulo del Valle, Pablo Hulet, el mandamiento de posesión definitiva y escrituración de las 6.034 hectáreas que desde hace años estuvieron en juicio  con la Universidad  Nacional de La Plata.

Con esto se cierra un conflicto que  empezó en el año 2001, cuando miembros de las comunidades se acercaron al equipo Misiones de Pastoral Aborigen para solicitar el acompañamiento en el reclamo que querían iniciar para recuperar un territorio que sabían propio. 

Fin de un absurdo. El tener que "recibir" de los usurpadores aquello de lo que antes eran dueños naturales. 










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9/25/2020

San Ignacio, Puerto Esperanza, Mojón Grande, Misiones, Argentina

Tres municipios misioneros celebran hoy su aniversario

San Ignacio, una de las ciudades más antiguas de la provincia, cumple 143 años de su refundación. Además, es el aniversario número 94 de Puerto Esperanza y el 75º de Mojón Grande. 

25/09/2020 


Aniversario - San Ignacio

MUCHA HISTORIA. Sobre la huella jesuítico-guaraní, San Ignacio fue fundada por segunda vez en 1877.

La ciudad de las Reducciones Jesuíticas es, como tal, una de las localidades más antiguas de la provincia y con mucha historia. Allí se encuentran los restos de una de las misiones más importantes de la región y mejor conservadas: San Ignacio Miní.

Se va a descubrir una pequeña placa para recordar la fundación como localidad, que fue el 25 de septiembre de 1877”, explicó a PRIMERA EDICIÓN Tatiana Oxandaburu, directora de Turismo municipal.

Paralelamente, la Cámara de Diputados de la provincia declaró su beneplácito por los 143 años de la refundación. 

Aniversario - Puerto Esperanza

ATÍPICO. Puerto Esperanza suspendió todas las actividades sociales.

También Puerto Esperanza cumple hoy 94 años de su creación, ya que el 25 de septiembre de 1926 nacía como municipio.

Bodas de diamante 

Mojón Grande se suma a los festejos y celebra el 75º aniversario de su municipalización. 

En la plaza San Martín, con la participación de autoridades locales y provinciales se inaugurará un monumento en homenaje a las familias pioneras en una de las plazoletas del municipio.

Es que Mojón Grande tiene un profundo respecto y admiración por los primeros colonos que poblaron la localidad, inmigrantes de diferentes países -polacos, ucranianos, rusos y brasileños, entre otros- que arribaron al lugar entre fines de la década de 1930 e inicios de la siguiente con el sueño de forjar un futuro mejor.

El municipio, creado el 25 de septiembre de 1945 sobre territorio que en su momento fuera propiedad de la Sociedad Errecaborde y Compañía, está integrado por su núcleo urbano, la picada El Ceibo y los parajes Cinco Mil, El Guerrero y Guatambú.

Se estima que su curioso nombre proviene de un antiguo mojón o poste de madera colocado en 1893 en el camino tropero de San Javier a Yerbal Viejo.

El 37% de sus tierras son colonias de origen fiscal y dentro del distrito todavía se conservan unas 1.500 hectáreas de selva sobreexplotadas.











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